miércoles, 19 de marzo de 2014

Acerca de la Definición de Uno Mismo

Hoy en la mañana, mientras entrenaba en el gimnasio, no pude  evitar el escuchar una conversación entre dos mujeres que se habían detenido a conversar justo en frente de la elíptica que yo estaba ocupando.
 

La verdad, fue bastante triste: una de ellas le contaba a la otra lo mal que lo estaba pasando tras descubrir la infidelidad de su pareja. Llevaban varios años casados y tenían proyectos de comprarse una casa más grande, tener hijos y hacer una vida juntos. La mujer estaba realmente destrozada, y creo que cualquiera de nosotros, estando en su lugar, también lo habría estado. Ella decía que la infidelidad en la pareja era algo en lo que simplemente ella no transaba; estaba en contra de sus principios. Aparte, después de descubrir las andanzas en la que estaba su marido, investigó un poco más y descubrió que no había sido una sola vez y con una única mujer con la que él le había sido infiel, sino con varias más y en diferentes ocasiones. Lo peor de todo es que ella se culpaba a sí misma, pensaba que se había obsesionado mucho con su trabajo, que quizás él se pudo haber sentido abandonado, etc.
 

Al final, yo terminé de hacer mis ejercicios antes que ellas terminasen su conversación, por
lo que agarré mis cosas y me fui. En el camino, recordé una oportunidad en la que acompañé a mi amigo EL ARTISTA a una sesión de terapia grupal.  Ese día, la terapeuta hablaba acerca de la importancia de darse cuenta y hacerse absolutamente consciente de cuáles eran las cosas que sentíamos que a uno lo definían como individuo. Y ponía el ejemplo de la relación de pareja, en la que uno de los miembros entrega su vida a esa relación y a su compañero y, cuando las cosas no funcionan como se esperaban, la relación termina y  esa persona, aparte de experimentar el proceso de duelo por el cual todos pasamos, siente un impacto mucho mayor en su ser. Experimenta un terremoto grado diez, ya que parte de la definición de sí misma, como persona, como ser humano integral, la había depositado en algo o alguien que no era ella y, al perder ese objeto o sujeto, caía en la incertidumbre y desesperación de no saber quién se es o qué lugar se ocupa en este mundo.
 

El tema no es fácil de explicar; no soy psicólogo y estoy lejos de serlo, pero trato de ponerlo en palabras simples.
 

Creo que es un ejercicio sano monitorearse cada cierto tiempo y preguntarse en qué cosa o persona estoy depositando la definición de mí mismo. ¿En un trabajo? ¿En una relación? ¿En los bienes que he adquirido? ¿En los lugares que he visitado? ¿Los idiomas que hablo? ¿Las certificaciones que poseo? ¿Los grados académico que, fruto de mi esfuerzo y perseverancia, he obtenido? ¿El barrio en que vivo? ¿El roce social? ¿Los amigos influyentes que tengo?
 

Claramente, para mí, la mejor apuesta es por uno mismo. En mi caso, tener la certeza (esalgo que se desarrolla y se trabaja cada día) de estar en una bonita relación, en la que siento que ambas personas crecemos y compartimos afectos y vínculos en común pero que poseemos nuestra libertad individual; de tener un trabajo que disfruto, que me desafía de muchas maneras, que me ha ayudado a crecer personal y profesionalmente y de sentir que lo que quería hacer ya lo hice y lo que he querido comprar o adquirir también lo he podido hacer.  Darme cuenta de que podría perder cualquiera de esas cosas o personas que hoy son valiosas  en mi vida y que, evidentemente, causarían un dolor y una pena en mí, ya que no me es indiferente lo que les pase, pero que yo no terminaría destruido, me ayuda a pararme ante el mundo desde otro lugar, mucho más seguro de mí mismo. Me permite sentirme completo no por lo que tengo o he logrado, sino por el simple hecho de reconocerme ante mí mismo en primer lugar y, luego, ante los demás.
Es curioso cómo de una conversación de la cual uno no es partícipe, se pueden recordar tantas cosas. Incluso, da material para escribir.

Doce lecciones de La Catedral y el Bazar


La semana pasada escribí un post acerca del artículo escrito por Eric S. Raymond y su experiencia de desarrollo de software, al aplicar los principios de las comunidades de código abiertas. Y de cómo mi equipo de proyectos se había sorprendido, cuando les planteé la posibilidad de tomar algunos de esos principios y aplicarlos a uno de los proyectos que veníamos trabajando.
Fueron varios los comentarios que recibí, no sólo a través de esta plataforma, sino por e-mail, mensajes en Facebook y comentarios de colegas con los que me topé en la oficina los días posteriores.
 

Quise darle una tercera leída al artículo y acá les dejo algunas lecciones, que creo pueden ser aplicadas no sólo en proyectos de desarrollo de software, sino también en algún ámbito de la vida personal de cada uno. Como siempre, todo depende de la visión (filtro) con el que decidamos ver las cosas.
  1. Los mejores desarrollos surgen al abordar soluciones personales a los problemas cotidianos del desarrollador, y se difunden porque el problema afecta también a un amplio grupo de usuarios
  2. Los buenos programadores saben qué escribir. Los grandes saben qué reescribir (y reutilizar) 
  3. Si tienes la actitud adecuada, los problemas interesantes te encontrarán
  4. Cuando un programa o proyecto deja de interesarte, tu último deber es pasarlo a un sucesor competente
  5. Los usuarios son importantes, no sólo porque demuestran que estás satisfaciendo una necesidad, sino porque pueden llegar a convertirse en tus ayudantes. Tratar a tus usuarios como colaboradores es el camino menos complicado para mejorar con rapidez y depurar eficazmente un programa
  6. Con un número de ojos suficiente, todos los errores son irrelevantes
  7. A menudo, las soluciones más sorprendentes e innovadoras surgen al darte cuenta de que la idea que se tenía del problema estaba equivocada
  8. Cuando te topas con una pared – en proyectos de desarrollo de software o en la vida – suele ser el momento de plantearte no si tienes la respuesta adecuada, sino si estás respondiendo a la pregunta correcta
  9. La perfección no se consigue cuando no queda nada por añadir, sino más bien cuando no resta nada por eliminar
  10. Toda herramienta debe resultar útil en la forma prevista, pero una verdadera gran herramienta te lleva a usarla para realizar cosas jamás pensadas
  11. Un sistema es sólo tan seguro como su secreto. Cuidado con los falsos secretos
  12. El problema de ser listo y original a la hora de diseñar software, consiste en que se convierte en un hábito. Comienzas a hacer las cosas cada vez más brillantes y complicadas, cuando deberías tratar de mantenerlas robustas y sencillas

jueves, 13 de marzo de 2014

Cómo conectar con el mundo

El tiempo y la experiencia me han enseñado que una de las cosas más importantes son los buenos contactos. No sólo cuando se busca cumplir con la cuota de venta para el mes o cuando se desea cambiar/encontrar trabajo, los contactos en el medio resultan valiosísimos, sino también cuando se busca ampliar la mirada y enriquecer la visión que tenemos del mundo o de algún asunto específico. Soy testigo de que, a medida que voy conociendo personas y logro desarrollar y mantener el vínculo, mi visión del mundo cambia. Se enriquece. Pero, en dicho proceso no sólo salgo ganando yo, sino todos los participantes de esa relación. A medida que vamos compartiendo lo aprendido, vamos creando un círculo virtuoso que va expandiéndose y generando un impacto que antes no existía.

Hoy me gustaría compartir parte de una conversación que tuve con uno de mis mentores.
Prefiero guardarme los nombres y detalles personales para mayor comodidad de los involucrados. Él es un hombre definitivamente ocupado: es director ejecutivo de una compañía y, además, es profesor de cátedra de un par de escuelas de negocios acá en Santiago y casi siempre aparece en entrevistas de televisión cuando se hace algún reportaje de nuevas tecnologías y tendencias. Tratamos de reunirnos un par de veces al mes, al menos, cuando hacemos coincidir nuestras agendas.
 


 Yo le preguntaba acerca de cómo sentirme más conectado con el mundo…

- ¿Cómo conecto con el mundo? ¿Cómo hago para ir tomando el pulso a los acontecimientos a medida que van ocurriendo, para ver si éstos tienen algún impacto en mi día a día? A veces, me siento súper desconectado de lo que está pasando. Me da vergüenza admitirlo, pero así es – dije.

- Bueno, déjame dejarte en claro que, en primer lugar, es necesario que salgas de la burbuja en la que, cotidianamente, todos solemos meternos. Yo comprendo que las exigencias de la vida diaria, los compromisos de trabajo, las largas jornadas, todo confluye para que, al final del día, terminemos metidos en nuestra propia burbuja, sumidos en nuestra ropia realidad. Muchas veces nos olvidamos que ‘allá afuera’ hay un montón de cosas que están pasando y que, aunque tú no seas partícipe directo de ellas, eso no significa que ‘esas cosas o eventos’ no vayan a tener un impacto, por mínimo que parezca, en tu vida.

- Pero, háblame más al respecto – dije. Siento que estoy a punto de entenderte. Es decir, a nivel lógico, concuerdo con tu planteamiento. Sin embargo, hay una parte de mí que se mantiene escéptica. Por ejemplo, no logro visualizar cómo el conflicto entre Ucrania, Rusia y Estados Unidos pueda cambiar en algo mi vida. O de qué manera la inestabilidad política y social en Venezuela puede afectar mi desarrollo profesional (mi carrera).

- Creo entender lo que me estás diciendo. Quizás, no partí explicándome bien desde un principio. Vicente, a medida que he ido conociéndote más, he visto que tú tiendes a enfocarte mucho en tus metas. Tú, como ‘Vicente Espinoza’, muchas veces tiendes a definirte en base al rol que ocupas en una compañía, el grado de tus estudios, al proyecto que estás dirigiendo en un momento específico, etc. No es que eso esté mal, es simplemente que eso demuestra en dónde está puesto el foco de tu atención la mayor parte del tiempo. Lo que sucede es que, al vivir así por mucho tiempo, hay muchas cosas que no adviertes, que pueden estar pasándote al lado, incluso en este mismo momento, y tú, al ignorarlas por completo, por estar pensando en el grado de avance de un proyecto, los días restantes para el examen de certificación, el correo que aún no has enviado, el reporte que prometiste que enviarías a más tardar el miércoles siguiente, etc.; se limitan tus capacidades y se reduce tu campo de acción.
Repito, eso nos pasa a casi todas las personas que conozco. Tenemos puesta la mayor parte de nuestra atención en asuntos pendientes, en metas u objetivos que aún no llegan, y se nos puede pasar la vida viviendo de esa forma.

- A medida que escuchaba, iba asintiendo con la cabeza. Intentaba poner la mayor cantidad de atención posible a lo que me estaba diciendo. Pero mi mente, una vez más, me sacaba del momento presente y me hacía recordar todas las veces en las que yo estaba preocupándome de mil cosas antes de que éstas, siquiera, ocurriesen.

- Ahora, te pido que no me mal entiendas – advirtió mi mentor. Eso que haces, desde otro punto de vista, es muy valioso en lo laboral. Te convierte en un excelente profesional: previsor, proactivo, capaz de anticiparse a los eventos y reaccionar eficientemente cuando éstos ocurren. Te permite ser capaz de anticiparte a las necesidades de tus clientes, de percibir y administrar el riesgo, preparar planes de contingencia exitosos y realistas. Además, en planificación estratégica, esto te permite darte cuenta a tiempo cuándo un indicador clave del negocio no está reaccionando como se espera y tomar acciones para corregirlo cuando aún hay tiempo.

Para enfocarlo más en tu área, hablemos, por ejemplo, del anuncio que Jeff Bezos, fundador de Amazon, hizo hace algunas semanas atrás, acerca de que tenía planeado que, en no más de cinco años, quería reemplazar a los despachadores de productos por drones no tripulados. ¿Sabes cuántas personas emplea Amazon en sus centros de logística y distribución? ¿Has dimensionado en cuánto aumentaría el número de cesantes si es que este plan logra implementarse con éxito en un 80%?

Hablemos de Google y un par de sus inventos: los famosos lentes ‘Google Glasses’: ¿De qué manera crees que la industria de la tecnología móvil pudiese cambiar una vez que los lentes sean lanzados al mercado? ¿Habrá más espacio para proveedores de contenido? ¿Podrá esta estrategia de diversificación de Google impactar en nuestros hábitos de consumo de productos y servicios? Abstenerse de adquirir los lentes o, simplemente, de usarlos, ¿Te sacaría automáticamente del alcance que estos lentes podrían llegar a tener?

Otro tema interesante es el ‘Proyecto Loon’. ¿Has escuchado al respecto?

- Sí, claro – respondí deprisa. Salió en todas las noticias a fines del año pasado. Es un proyecto que busca conectar áreas rurales o aisladas, en las que no es posible hacer llegar Internet a través de los medios tradicionales. Según entiendo, se armaría una red de globos que flotarían a nivel de la estratósfera para poder propagar la señal de Internet.

- Exactamente. Ahora bien, pensemos, por ejemplo, en cómo los grupos humanos que actualmente no tienen acceso a Internet, pudiesen verse beneficiados con este proyecto.
¿Cuántas personas podrían empezar a auto-aprender si tuviesen acceso a sitios como Udemy o Cloudera? ¿Cuántos nuevos programadores o hackers pudiesen salir de estos sitios aislados geográficamente? ¿En cuánto se vería aumentado el número de usuarios de redes sociales una vez cubierta esta brecha geográfica?

No pude más que demostrar mi pasión y entusiasmo por la conversación que estaba teniendo con mi mentor. Me sentía el hombre más afortunado del mundo por tener la oportunidad de intercambiar opiniones con él.

- Veo que te he dejado sin palabras – me dijo, entre riendo y bebiendo el último trago de café

- Así es – me reí. Algo difícil de conseguir

- Muchacho, creo que llegó el momento de hacerse más preguntas y entrar en contacto con el mundo. Me voy contento, porque siento que, al menos hoy, logré sacarte de tu burbuja y mundo de proyectos. Si sigues haciendo el ejercicio de abrirte y hacerte preguntas todo el tiempo, verás cómo tu entorno comienza a cambiar a favor tuyo.