martes, 15 de julio de 2014

Nuevos Desafíos para el Retail

El presente post es el fruto de reuniones que he tenido con diferentes  amigos que trabajan en el sector del retail en las últimas semanas. Reúne no sólo las conclusiones a las que hemos llegado, sino también hace un  breve análisis acerca del estado actual de la industria, así como de los desafíos a los que se verán enfrentados los retailers o comerciantes en el corto plazo (no más allá de cinco años).

El nuevo consumidor social
Es un hecho que el consumidor actual es un cliente cada vez más informado y exigente, con acceso a la tecnología tanto en el trabajo como en el hogar, lo que le permite comparar entre los diferentes retailers cuál tiene el producto que busca y a un precio que él/ella está dispuesto a pagar.

Para el 2015, más de 200 millones de europeos se habrán convertido
en compradores online.
En otras palabras, el consumidor actual se encarga de buscar detalladamente sobre lo que más le conviene para satisfacer sus intereses de consumo. Además, si bien el 43% de las decisiones de compra se producen en el punto de venta (POS = Point of Sale), la influencia de las redes sociales ha aumentado notoriamente, hasta tal punto de que hoy se habla que la opinión de la comunidad pesa más sobre las decisiones de compra del consumidor que el peso que el mismo producto o marca tiene, influenciando la decisión de compra del cliente.

La tienda omnicanal
El consumidor actual interactúa con el retailer a través de diferentes canales. El modelo en el que la venta o transacción se producía en el showroom o en la tienda física ha quedado atrás.

Diagrama de estrategia omnicanal.
Hoy, es indispensable que el comerciante esté omnipresente a través de todos los canales posibles: en tienda, en línea, en redes sociales y en móviles (pero sin resultar invasivo). En este sentido, aparece el termino omnicanal, el cual viene a describir el escenario  perfecto para la industria del retail, en el cual los comerciantes son capaces de interactuar con los potenciales clientes con la menor cantidad de barreras posibles. En un escenario de omnicanal, el comerciante se hace presente no sólo a través de redes sociales y medios de comunicación masiva, sino también a través de quioscos digitales y otros puntos de acceso.
Implementar una estrategia omnicanal puede parecer complejo, sin embargo, es el siguiente paso  que los retailers deben tomar.
Los clientes han demostrado que sus hábitos de consumo han cambiado, por lo tanto, no se puede confiar en que las mismas estrategias de marketing usadas quince años atrás, sean válidas en el contexto actual. La mayor parte de los retailers se está quedando atrás; necesitan actualizar sus sistemas y rediseñar sus estrategias de business intelligence para generar una experiencia omnicanal.

El protagonismo de TI
Es el momento de preguntarse si el área de informática, o TI,  está satisfaciendo las necesidades del negocio y comenzar a hacer uso de la copiosa cantidad de datos que los clientes dejan cada vez que interactúan con el retailer, para ofrecer una experiencia de compra cada vez más personalizada y lograr la fidelización del consumidor.

Probadores virtuales a través de realidad aumentada, ¿cada vez más cerca?
Acá la tecnología se puede convertir en un partner estratégico de las empresas: a través de los servicios de geolocalización se pueden ofrecer ofertas especiales en base a la ubicación geográfica del cliente, eso para empezar. También, se puede pensar en showrooms digitales que presenten servicios y productos conforme a los gustos del cliente, aplicaciones de realidad aumentada que intensifiquen la experiencia de compra (por ejemplo probadores de ropa virtuales o aplicaciones que permitan previsualizar cómo se verían los muebles en nuestra casa antes de comprarlos).

 Las capacidades que ofrece TI van mucho más allá y, con el uso de big data y aplicaciones de análisis y estadísticas, los retailers podrían volverse cada vez más inteligentes para obtener una vista de 360° de sus clientes y, de esa manera, tener un mejor acercamiento con los potenciales clientes y estudiar qué acciones se pueden tomar para potenciar la venta.  Por ejemplo, con big data podríamos determinar nuevos patrones de consumos, cuál fue el comportamiento que tuvo el cliente cuando navegó por el sitio web de la tienda antes de comprar un producto, etc. Y la próxima vez que el cliente visite el sitio, podríamos ofrecerle ofertas acorde a su perfil y a su historial de navegación y comportamiento.

Para terminar, les dejo un par de reflexiones sobre el asunto. Creo que varios retailers están preguntándose o, al menos, deberían ya estar preguntándose: ¿Cómo  logro el reconocimiento y fidelización que se requiere por parte de los clientes en un mundo digital? ¿De qué manera adapto mi organización para que se enfoque en el cliente y no únicamente en el negocio, y hago que mis vendedores encanten al cliente, los sorprendan, entretengan y emocionen en cada experiencia de compra? ¿Cómo compito con rivales tan fuertes como Amazon o Alibaba express (que promete precios de mayoristas a pedidos mínimos)? 

jueves, 12 de junio de 2014

Liderazgo de un Proyecto de Gestión del Conocimiento

Knowledge Centered Support (KCS) – PARTE I

He tenido pendiente este post por semanas, por fin encuentro la calma y mi disposición para sentarme a escribir y volcar lo que ha sido, hasta ahora, uno de los proyectos más ricos para mí en este último tiempo.
Cada vez que cerramos el año fiscal en mi empresa (31 de mayo) suceden varias cosas: por un lado todos nos sentimos aliviados del término del período pero, al mismo tiempo, tensionados ya que llega el ineludible momento de sacar cuentas y hacer análisis cuantitativos para saber si cumplimos las metas o no y  en qué fallamos, etc.

Gracias a la planificación, colaboración y esfuerzo constante de todo mi equipo de proyectos, pudimos cerrar orgullosamente el año fiscal 14. Ahora bien, yendo al grano….

Mi más reciente proyecto se basa en la administración de conocimiento (KM = Knowledge Management). Lo diseñé en junio de 2013 y me basé en el modelo planteado por el Consorcio para la  Innovación de los Servicios. El cual definió una serie de metodologías para capturar, estructurar y reutilizar   el conocimiento técnico de las organizaciones, para transformarlo en un activo clave. Junto con ello integré el concepto de mejora continua de la calidad que plantea ITIL, específicamente el ciclo de Deming.
Todo esto planeado utilizando los ciclos de vida de proyectos definidos por el PMI. Y, como si fuera poco, decidí que las habilidades blandas necesarias para el éxito del proyecto, tendrían que utilizar el enfoque del ojo mágico definido por el IPMA (del cual soy miembro) que, a mi parecer, para la dirección de proyectos, añade el componente principal del cual carece el PMI: el lado humano y las habilidades emocionales de los directores de proyectos (elementos de competencia de comportamiento).



Todo esto suena como una gran ensalada surtida difícil de digerir, pero con una visión clara (dónde estamos hoy, a dónde queremos llegar, qué tenemos que hacer para llegar hasta allá) y compartida por todos los miembros del equipo, conocimientos profesionales profundos y pasión por lo que uno hace nada es imposible.

Los grandes proyectos requieren una gran planificación – eso lo leí hace un tiempo atrás y uso ese principio como corolario cada vez que decido involucrarme en algo. Me tomó cerca de dos meses el planificar todo y, una vez que tuve una estructura clara, empecé a reclutar mi equipo de trabajo. Como siempre he tendido hacer observador, ya tenía una idea de qué personas podrías ser útiles. Sin embargo, como en todas las relaciones humanas, sabía que tendría que ofrecerles algo por lo que ellos se pudiesen interesar. Ya que íbamos a estar trabajando principalmente  con activos intangibles (conocimiento) decidí ofrecerles otro activo intangible: aprender.

Cada vez que me reunía con ellos, les presentaba las ideas generales y lo que yo creía que podían aportar y siempre les preguntaba, “¿Qué quieres aprender de todo esto? ¿Con qué te quieres quedar una vez que terminemos este proyecto?”. Y así me fui abriendo al abanico de respuestas que recibí: algunas personas me dijeron que querían desarrollarse en programación con PHP, por lo que usamos PHP en parte de los desarrollos. Otras querían aprender  modelamiento y administración de bases de datos, otras querían convertirse en expertos técnicos (para este requerimiento añadimos el rol de SME (Subject Matter Expert) con funciones diseñadas específicamente para este cargo, etc.

Finalmente mi equipo de proyectos fue de diecisiete brillantes y talentosos ingenieros, cada uno tenía intereses específicos. Me comprometí ante ellos en  que sus intereses iban a estar insertos en el proyecto. Así lo hice.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Acerca de la Teoría X y la Teoría Y

A medida que pasa el tiempo y mientras voy conociendo a más personas, me doy cuenta que hay muchas cosas para las que no estamos preparados. Podemos pasarnos la vida estudiando y ocupando cada hora en leer libros o desarrollarnos en un área de nuestro interés. Sin embargo, hay cosas que vamos a tener que ver cómo enfrentar en el minuto en que se presenten. Estoy pensando en la manera en que nos relacionamos con los demás, tanto a nivel personal como profesional.
Es cierto que nuestra infancia moldea nuestra personalidad; las personas que nos tuvieron a cargo, experiencias de vida, vínculos significativos, etc. , pero también es cierto que todos tenemos momentos o, a veces, instantes fugaces en los que somos capaces de vislumbrar cuando el camino que estamos recorriendo,  o la manera que estamos ocupando para cumplir un objetivo, no es la mejor.
En los breves siete años que llevo  trabajando profesionalmente, he podido liderar equipos de trabajo muy diversos, aunque también he puesto atención en los resultados que otros equipos, liderados por otros gerentes, han tenido.


El tema del post de hoy es acerca de dos de las teorías de dirección más conocidas en las organizaciones que, a mi parecer, están muy presentes en la actualidad: la Teoría X y la Teoría Y, ambas desarrolladas por Douglas McGregor. Dichas teorías resultan radicalmente diferentes entre sí. La Teoría X se fundamenta en el planteamiento realizado por Frederick Taylor a través de su Scientific Management. En su obra, Taylor desarrolla una “ciencia” en la que debía ejecutarse el trabajo de una manera específica para obtener el mayor rendimiento y maximización de recursos. Para el desarrollo de su propuesta, Taylor incluso se enfocó en medir los tiempos y movimientos físicos que tenían que ejecutar los trabajadores para elevar la producción y uniformar los procesos productivos. Desde ese planteamiento, nace la Teoría X.
La Teoría X identifica al trabajador como un recurso reemplazable, al cual  le atribuye características de un ser pesimista, rígido y que evade el trabajo cada vez que puede. El trabajador, en la Teoría X, es un ser sin mayores ambiciones ni metas, que busca la seguridad, que se resiste a los cambios y que necesita ser dirigido en todo momento. Un jefe típico de la Teoría X es alguien tremendamente controlador, que señala cada una de las tareas de los integrantes de su equipo de trabajo y dicta claramente cuáles son las reglas a seguir para evitar ser sancionado.

En la Teoría Y, por el contrario, se reconoce al trabajador como un sujeto con la capacidad de dirigirse a sí mismo, a partir de objetivos que le son encomendados. Este trabajador resulta ser alguien que no le teme a las responsabilidades y que busca perfeccionarse; una persona que usa recursos como la creatividad y que es capaz de aplicar innovación para cumplir con una meta. Además, no requiere de amenazas para ayudar a cumplir las metas de la organización. Un jefe, o líder que aplique el modelo a de la Teoría Y, tenderá a buscar consensos. Su estilo de dirección se diferenciará por ser participativo y democrático, delegará responsabilidades  y proporcionará las condiciones requeridas para que los trabajadores alcancen sus metas individuales, así como las de la compañía.

Cuando pienso en que casi todos pasamos un tercio de nuestro día en el trabajo y, en muchos casos, se nos olvida sacarnos el rol de líder, jefe o gerente y llegamos a nuestros hogares con el mismo chip, no dejo de pensar en lo difícil que debe ser para nuestra pareja, hijos, familiares o amigos, relacionarse con otra persona que funcione desde la Teoría X, es decir, alguien que crea que tiene que estar controlando, dirigiendo y midiendo constantemente el desempeño de los demás... debe resultar muy agotador. Un padre o madre que crea que tiene que estar presente todo el tiempo para que las cosas “se hagan bien”, me imagino que puede llegar a resultar asfixiante, no sólo para sus propios hijos, sino además para todos los que se relacionan con él.

Finalizo dejándoles una inquietud: ¿con cuál teoría se sienten identificados en su vida diaria?

Si les quedó gustando el tema, vean este video que habla sobre distintos estilos de liderazgo.


viernes, 9 de mayo de 2014

Confesiones de un Introvertido

Este post es la continuación del anterior, la segunda parte de La Revolución Silenciosa.

Atrás quedaron los días en que rehuía cada oportunidad de estar con otras personas. Hace años el simple hecho de ir al mall a comprar podía ser una fuerte fuente de ansiedad para mí. Verme rodeado de tantas personas, con tanto ruido y bulla proveniente de tantas partes era algo con lo que yo no podía lidiar.

Pese a ello me las arreglaba para tener una vida medianamente normal y relacionarme con los demás. Tras mucho trabajo personal y el apoyo de excelentes profesionales aprendí a estar en el mundo. A encontrarme rodeado de personas y que ello no me afectase. A expresar mis opiniones con claridad, a pararme ante un auditorio de evaluadores y defender una tesis o reunirme con mis clientes y mi equipo de trabajo para mostrarles el porqué les convenía que llevásemos acabo la iniciativa que les proponía.


Aprendí a respirar y a moverme. Adquirí herramientas y/o recursos que me hiciesen mi diario vivir más fácil. Encontré mi safe heaven, en el cual me refugio para llenarme de energía para volver a salir al mundo.

El hecho de haber vivido tantos tiempo como introvertido me ayudó a conocerme mucho y poder relacionarme con las personas de manera más profunda. A conectarme con los demás y tener un genuino interés en lo que le pasa al otro.
Hoy sé hasta dónde pedir a mi equipo de proyecto y soy mucho más tolerante y comprensivo cuando las cosas no funcionan (extrañamente, esta forma de ser no me produce problemas en el trabajo. Al contrario, en 20 días más cerraremos el año fiscal 14 y con el pecho inflado de orgullo puedo decir que, por primera vez en 3 años,  vamos a superar todos y cada uno de los indicadores claves del Balance Scorecard que se propuso en junio pasado. Fecha en la cual asumí el rol de Project Manager).

A pesar de que mi tendencia es a establecer relaciones 1 a 1 y no 1 a N, ya no me escondo ni padezco cuando tengo que dirigirme a un grupo de personas. Y, al día de hoy, disfruto cada momento de interacción que tengo con colegas y clientes. Al final de cuentas todos queremos ser escuchados y compartir nuestras historias y, la escucha genuina, es una capacidad que nosotros los introvertidos tenemos muy desarrollada.

Los dejo con un video que me encanta. Es una charla TED  que demuestra cómo nuestro lenguaje corporal moldea nuestra identidad.  Y cómo podemos asumir distintas poses para incrementar la autoconfianza en situaciones estresantes como las entrevistas de trabajo. ¡Ojalá les guste!


Acerca de la Revolución Silenciosa

No puedo estar menos que fascinado del mágico hallazgo que tuve hoy. De hecho fue ese mismo sentimiento de fascinación el que me hizo volcarme a escribir con el siguiente pensamiento en mi cabeza: “¡Tengo que compartirlo con mis amigos. Esto es fabuloso, mientras más personas se enteren de esto, las cosas irán mejor!”


Hoy me topé accidentalmente con una entrevista que le hicieron a Susan Cain (abogada y escritora del libro Tranquilo: El poder de los introvertidos en un mundo que no para de hablar), acerca de cómo había sido su experiencia de vida como introvertida e inserta en un ambiente lleno de abogados y juicios orales. Y la verdad es que a medida que la iba leyendo me sentía más y más identificado con cada una de sus palabras. (Al final del post compartí un video de una charla TED de la autora). 
Cada mañana me levanto a las 5:45 para entrenar en el gimnasio antes de irme a trabajar. Tengo a mi cargo un equipo de diecisiete brillantes ingenieros, mi equipo de proyecto, con los que me relaciono todos los días. Cada viernes me reúno con Gabriel  Bunster, mi coach, para conversar acerca de alguna idea que tenga en mente o para potenciar alguna área en mi vida profesional y/o personal. Los fines de semana descanso y me reúno con amigos, cuando puedo. Por lo general es una rutina que no cambia mucho. Sin embargo, este último tiempo me he forzado a ser más sociable. Acudir a eventos de Emprendimiento y Project Management para conocer más personas, hacer networking e interactuar un poco más.

Esto es algo que muchos no perciben, pero hay veces en que me siento asfixiado en reuniones sociales o en la misma oficina. Cada vez que puedo me escapo a una oficina cerrada con mi computador o me voy a caminar para poder estar solo. ¡Me encanta estar solo!

A veces busco momentos para estar conmigo mismo. De hecho, las mejores ideas y soluciones han aparecido cuando bajo las revoluciones, me aparto de los demás y me relajo. Por supuesto, después de esas ideas me reúno con mi equipo de trabajo, las discutimos, desarrollamos y por lo general llegamos a algo mucho mejor. Pero el punto de partida, al menos para mí, lo logro en compañía de mi mismo.  

Por años me sentí mal al hacer esto y me retaba constantemente por aislarme de los demás. Por preferir, en muchas ocasiones, estar conmigo mismo antes que compartir con otros. Me preguntaba cómo diablos podría pretender tener personas a cargo o convertirme en líder si no era capaz de exponer mis ideas con claridad ante un gran grupo de personas, persuadirlos, ser carismático, etc. Sin embargo, trabajando duramente e intentando conocerme, fui logrando lo que quería, pero en mi cabeza permanecía esa voz que todos tenemos y que me hacía compararme con otras personas. Creyendo que si hablase más, si me acercarse más, si fuese más activo… podría lograr más cosas en menos tiempo o irme mejor…. La trampa del ego.


En el diplomado de liderazgo aprendí algo que encontré genial, el profesor lo llamó algo así como “el refugio del líder”. Este concepto viene a ser un safe heaven o lugar en el que nos refugiamos para recargar las pilas. No necesariamente tiene que ser un lugar físico. Hay personas que encuentran su refugio escuchando su canción favorita, juntándose con sus amigos, orando, haciendo ejercicio, etc. En mi caso yo lo encuentro retrayéndome por unos minutos, en completo silencio. Silencio que a veces me cuesta encontrar en una ciudad capital, en una empresa con más de setecientas personas y en una sociedad en la que todo resulta ser urgente y para ayer. 

La introversión no es lo mismo que la timidez. La introversión es la capacidad de irse hacia adentro y abstraerse de lo que nos rodea, mientras que la timidez está más relacionada a la persona que teme al juicio social. A diferencia de los introvertidos, los extrovertidos requieren mayor estímulo externo para responder, en cambio los introvertidos pueden sentirse más vivos y conectados estando en un ambiente silencioso.  

Desde el punto de vista del liderazgo en las empresas, un jefe o líder  introvertido puede resultar mucho más beneficioso para la organización. Ya que permite que las personas que tiene a su cargo, se expresen y florezcan en su máxima expresión. Además, su naturaleza le facilita el estar abierto a nuevas ideas, lo cual abre la puerta a soluciones creativas  e innovadoras. Por el contrario, según el estudio de Francesca Gino, del Harvard Business School, los jefes extrovertidos por lo general suelen ser más dominantes, a dirigir ellos las conversaciones y a ser menos receptivos. Un jefe de estas características, a cargo de un equipo con personas proactivas, puede tener roces con alta frecuencia y terminar mermando la iniciativa de los integrantes  de su equipo.

Obviamente estas no son reglas absolutas. Habemos muchos tipos de personas introvertidas y extrovertidas. Cada una con características, fortalezas y debilidades, únicas. Tampoco se trata de minimizar el valor que las habilidades sociales tienen en el mundo, el cual, gracias a los desarrollos tecnológicos, ha perdido las fronteras que antes lo dividían. Simplemente se trata de sacarnos del dogma de creer o seguir al que más habla. No siempre el que dice más palabras es aquel que tiene las ideas más claras


jueves, 8 de mayo de 2014

Liderazgo Colaborativo

En los últimos posts acerca de liderazgo, he hecho énfasis en cómo el diplomado en habilidades directivas que estoy cursando, y que termino en diciembre de este año, me ha ayudado a cambiar y redefinir ciertos paradigmas que yo tenía.

De partida, el nuevo enfoque del liderazgo tiene que ver con lograr la adaptación del sistema social (nosotros en él), ante situaciones de incertidumbre, para llevarlo a una mejora o restaurar los equilibrios. Para ello, en muchas ocasiones, necesitaremos remover el status quo y generar cierto grado de tensión al interior de nuestros propios equipos de trabajo, para propiciar que todos nos hagamos cargo (lograr el involucramiento) de un problema. Esto pudiese ocasionar que las personas que se sientan cómodas en el orden establecido, o en su zona de confort, se transformen en nuestros adversarios, al menos hasta que podamos demostrarles con hechos que salir de la zona de confort resulta beneficioso para todos.
Si no nos hacemos responsables de nuestros problemas, no podremos responder  o adaptarnos a los cambios a tiempo. Responsabilidad = response hability.


El liderazgo tiene que ver con hacer preguntas antes que dar respuestas. Desproteger el sistema para que perciba las amenazas, desafiar las normas, desorientar a las personas en sus roles y exponer el conflicto o permitir que este emerja.

Liderazgo con Autoridad
La autoridad permite que el liderazgo ocurra, ya que tiene el poder para concentrar y dirigir la atención sobre los asuntos que deben abordarse. La mayoría de las veces, los líderes ejercen autoridad y no liderazgo, pues operan en situaciones más o menos conocidas.
El rol de la autoridad tiende a inhibir las voces discordantes y a atraer a los satisfechos. Esto produce aislamiento, lo que fuerza al líder a buscar información utilizando otros métodos (subirse al balcón). De esto hablaré en un par de posts más.

Liderazgo sin Autoridad
Las ventajas del liderazgo sin autoridad son evidentes: en primer lugar no existen expectativas que satisfacer, podemos saltarnos las normas más fácilmente, hacer énfasis en problemas particulares sin mayor compromiso y generar más cercanía al interior de los equipos de trabajo.

Para cerrar el post de hoy los dejo con un maravilloso ejemplo de liderazgo colaborativo y sin autoridad. Es el caso de la orquesta Orpheus de Nueva York. Esta es una orquesta sin conductor, cuyo sistema se basa en el auto-gobierno y el liderazgo compartido. Lo cual expone a todos sus miembros al desarrollo de la capacidad de liderazgo por igual.

La clave de su éxito se basa en la motivación y toma de decisiones en conjunto.


El Líder 3.0

Liderazgo no se trata de tener una personalidad magnética; eso puede ser solo facilidad de palabra. Tampoco de hacer amigos o influir sobre las personas; eso es adulación. El liderazgo es lograr que las miradas apunten más alto, que la actuación de las personas alcance su máximo potencial y que la construcción de las personalidades supere sus limitaciones personales… (Peter Drucker).
Cuando pienso en Gandhi, Steve Jobs, Martin Luther King Jr., John Lennon o Juan Pablo II no puedo dejar de ver algunas características en común: su capacidad de inspirar y movilizar empresas y sociedades, equipos de trabajo y a ellos mismos.

El post de hoy tiene que ver con el liderazgo multisistémico. Es decir, el liderazgo que se da a tres niveles: estratégico, interpersonal e individual.


Un error muy común es creer que el liderazgo se da en un sólo nivel. Sin  embargo, en el ejercicio práctico del liderazgo vemos que esto no es así. Por un lado tenemos:

a) Liderazgo Estratégico: es aplicado a nivel de gestión empresarial y se relaciona mucho con nuestra capacidad organizacional. Acá usamos una forma de pensar particular, para interpretar las señales del entorno, que nos permita elaborar una estrategia para adaptarnos a tiempo. Para que tenga un sentido, se recomienda revisar periódicamente cuál es la visión de la empresa y cuáles son nuestros valores y propósitos, para así, ir pudiendo adaptar la estrategia ante un entorno cambiante y competitivo. Aquí la clave es mantenernos fieles a nosotros mismos.

b) Liderazgo Interpersonal: ocurre cuando nos relacionamos con personas para orientarlos a una determinada meta. A nivel empresarial, para un buen desempeño, un gerente, jefe o líder debe considerar:

  • Condiciones de Resultados: comunicar eficazmente cuáles son los resultados esperados, los indicadores (exigencia) que serán usados para medir si se alcanzaron dichos resultados y crear un grado de tensión al interior del equipo que movilice a todos los integrantes para alcanzar la meta
  • Condiciones Emocionales: está comprobado que la rentabilidad, la satisfacción de los clientes y el grado de compromiso de los integrantes de un equipo, se ven influenciados por el clima laboral que se vive al interior de ese equipo y por la capacidad de vincularse activamente entre sus miembros. La tarea del líder es crear un tejido emocional que permita sostener su equipo. El cual, entre otros aspectos, debe caracterizarse por estar libre de miedo y fomentar la confianza y apertura
  • Condiciones  de Aprendizaje: implica fomentar el desarrollo de habilidades y competencias técnicas y personales. Para ello el líder necesita ofrecer oportunidades y desafíos exigentes, proveer feedback positivo y negativo, enseñar en el trabajo y facilitar el estudio y capacitación de todos los integrantes de su equipo

c) Liderazgo Individual: este por lejos es uno de mis temas favoritos y más potentes. Consiste en la tarea de conocernos a nosotros mismos, gestionarnos como personas y trabajar y desarrollar nuestras habilidades y fortalezas. ¿Cómo podríamos esperar dar a otros lo que ni siquiera sabemos que tenemos? ¿Cómo podríamos liderar a los demás si no somos líderes de nosotros mismos?

El camino del liderazgo consciente e inspirador requiere que nos desarrollemos en estos tres niveles y alejemos de la idea que únicamente el liderazgo estratégico es el que cuenta en las organizaciones.

jueves, 1 de mayo de 2014

Emprendedores: Sueños y Osadía

En el marco del día del trabajador no pude dejar de acordarme de mis amigos emprendedores, personas a las que sinceramente admiro y a las que me voy a unir en el corto plazo. El año pasado, en Chile, el presidente Piñera firmó el decreto que creó el Día Nacional del Emprendimiento, celebrado el pasado 29 de Abril.  El día anterior recibí una invitación para asistir al encuentro de emprendedores más grande en Latinoamérica: MeetLatam 2014. El cual congregó a más de 2 mil emprendedores y estudiantes, todos con un sueño en común: emprender e innovar. El evento contó con un ciclo de conferencias en las cuales expusieron referentes mundiales del ecosistema del emprendimiento, tales como:
  • Andrew McCollum, cofundador de Facebook
  • Robin Chase, fundadora de Zipcar
  • Sergio Fernádez, delegado global de emprendimiento de la Casa Blanca
  • Manuel Olivares, gerente general del banco BBVA
  • Kai Huang, cofundador de RedOctane (la empresa creadora del juego Guitar Hero)
  • Ingrid Vanderveldt, EIR en Dell y cofundadora del Billionaire Girls Club
  • Marcus Shingles, Líder del grupo de innovación de Deloitte Consultings
  • Susan Fonseca, fundadora de Singularity University y Women@TheFrontier
  • entre varios más…

La jornada fue extensa pero sin lugar a dudas me sentí feliz y profundamente agradecido de poder participar y estar en medio de todas esas persona que vibraban en su conjunto. A modo de resumen, estas son las principales ideas que quedaron en mi mente aquel día:

  1. Talón de Aquiles de Chile, infraestructura: aunque no lo crean Chile es el sexto ecosistema de alto crecimiento en innovación, a nivel mundial, que, gracias a esfuerzos hechos por los diferentes gobiernos, está posicionándose como el próximo Silicon Valley de Latinoamérica (los otros cinco ecosistemas son Silicon Valley, Londres, Berlín y Tel Aviv). Fuente: Leading Global Ecosystems Report 2013. Entre las fortalezas que destaca el estudio se encuentran una fuerte comunidad de emprendedores, el interés genuino de las autoridades públicas por crear programas de inversión y actuar como facilitadores entre los emprendedores y la industria privada y universidades interesadas en programas de I+R+i y actuar como incubadoras de negocio.
    Todos los expositores del evento concordaron en que la infraestructura, particularmente el acceso a la banda ancha por parte de toda la población es demasiado cara y muy escasa comparada a otros países. Pese a que en Latinoamérica, según un estudio entregado por Netflix en Febrero pasado, solo nos encontraríamos por debajo de Brasil. Sin embargo, el Leading Global Ecosystems Report añade como desventajas para innovar: la falta de inversionistas de capital de riesgo (venture capitals) o inversionistas ángeles, burocracia por parte del sistema bancario para financiar o invertir en proyectos “riesgosos” y falta de capital humano capacitado (acá se consideran la cantidad de profesionales con estudios de postrado, masters y PhD, gasto público destinado a la educación, cantidad de alumnos por profesor en enseñanza media y relaciones de cooperación internacional en R&D entre otros.
  2. Emprendimiento social (negocios con impacto social): los emprendimientos sociales van a ser los nuevos grandes negocios. ¿Cuál es la diferencia que estamos haciendo en nuestro paso por el mundo?
    La evolución digital está cambiando la manera en cómo hacemos las cosas, incluyendo la filantropía. Y a medida que pasan los años, la nueva fuerza laboral, Millennials o Generación Y, buscará comprometerse únicamente con aquellas iniciativas y proyectos que además de rentabilidad, también tengan un fuerte sentido de propósito. Por favor vean este video completo, les ayudará a entender desde dónde se están involucrando las nuevas generaciones con el mundo del trabajo.

  3. Cambios en el paradigma de la educación: en cinco años más la mejor educación va venir de Internet y les guste o no a mis amigos docentes, el gran visionario Isaac Asimov predijo en 1988 el impacto que Internet tendría en la educación:


    Uno de los expositores el día del evento fue Eduardo Abeliuk, fundador de classroom.tv. Revisen su emprendimiento y aprovechen de tomar algunos de los cursos gratuitos dictados por profesores de Standford, Hardvard, PUC, MIT y Yale entre otros.
  4. Hacerse cargo de la vida: este es uno de los temas que más me apasiona y me invita a crear. Creo que todos nos hemos encontrado “atrapados” en algún momento en una relación que no nos hace bien o un trabajo que no nos gusta, etc. Soy un férreo partidario que en vez de culpar a los demás, a nuestro empleador, a los políticos o al sistema en el que estamos insertos nos arremanguemos las mangas de la camisa y nos pongamos a crear y a construir la vida que realmente nos sirve. Creo en la capacidad creadora de cada uno de nosotros y si no concuerdan solo miren a su alrededor: el dispositivo por el que leen este blog en algún momento surgió de un emprendimiento, la comida que consumen, la ropa que visten, las aplicaciones o redes sociales que usan para mantenerse en contactos con sus amigos, etc. Todo tuvo un comienzo, cuyo origen pudo hacer sido una idea inspiradora, una solución para satisfacer una necesidad o el anhelo de hacer del mundo un lugar mejor.

Finalmente una lista de consejos o buenas prácticas a la hora de emprender:
  • Persiste
  • Hazte consciente de lo que verdaderamente te apasiona
  • Mantén el equilibrio entre tu lado emprendedor y tu ego (mantente humilde)
  • Conoce tu negocio
  • Conocer el lenguaje del dinero
  • Se honesto y ve lo que está funcionando y lo que no (no hagas la vista gorda a los problemas)
  • Aprende y muévete lo más rápido que puedas
  • Si deseas aumentar tu cuota de éxitos tienes que duplicar tu tasa de fracasos
  • Haz las cosas con amor (párate ante la vida con convicción)
  • Se obsesivo y llevado a tus ideas
  • Ten un fuerte sistema de apoyo alrededor tuyo
  • Reinvéntate
  • Construye el mundo en el que deseas vivir

miércoles, 30 de abril de 2014

Liderazgo con Sentido

Crisis  en chino significa al mismo tiempo peligro y oportunidad. ¿Oportunidad de qué? De ejercer liderazgo, de tomar conciencia de la situación actual y hacer lo que sea necesario para superar la dificultad del momento. ¿Cómo se hace? Movilizando a los demás en tiempos de incertidumbre.

Ejercer el liderazgo resulta riesgoso y difícil, ya que frecuentemente genera resistencia en las personas. Las desafía a actuar en contra de su sistema de creencias y costumbres. A cambiar. Por otro lado, resulta  riesgoso porque, en tiempos de incertidumbre, no es posible determinar con exactitud los costos y ganancias de implementar un cambio y el fracaso y la frustración siempre son una posibilidad alta. Junto con ello, existen muchas situaciones en las que ni el mismo líder tiene una respuesta o solución a un problema. Solo sabe que su equipo se encuentra frente a uno y es necesario salir y enfrentarlo.

En estos casos es crucial saber leer las señales del entorno y no encerrarnos en nosotros mismos. Ni caer en la trampa de  sentir más poder del que realmente ostentamos. Ya que, por regla general, el todo (empresa o sociedad) es mayor que las partes (individuos).  Leer el ambiente implica observar a clientes, empleados, gerentes y accionistas (entorno inmediato) y  los medios de comunicación, gobierno, ONG, etc. (entorno  cercano). Al mismo tiempo, comprender el contexto empresarial será crucial para poder identificar si vamos bien o mal encaminados y tomar las acciones que sean necesarias para corregir el rumbo.  Por ello se dice que el líder  necesita armarse de valentía, sentido de propósito, astucia y sentido estratégico. En muchas ocasiones el pensamiento racional y el expertise técnico tendrán que ceder ante la intuición y nuestro lado emocional, para poder interpretar correctamente los caminos a seguir. 

Liderar se hace difícil si no nos ocupamos de crear relaciones y lazos de confianza por los cuales pueda fluir la comunicación en tiempos calmos. Es fundamental que las personas alrededor nuestro confíen en que nuestra interpretación de la señales del entorno son las correctas.


El liderazgo del siglo XX giraba en nosotros mismos como líderes, en el dinero que percibíamos, la cantidad de personas que nos seguían y en quién tenía la visión “correcta” de cómo “debían” hacerse las cosas. En cambio hoy, el líder auténtico busca crear los valores y la visión en conjunto y generar consenso, para luego permitir que todas las personas, a todo lo ancho de la organización, den un paso al frente y lideren. El líder de hoy busca delegar autoridad e interactuar con las personas desde la autenticidad (gestión basada en el contacto interpersonal), partiendo por conocerse y mantenerse fiel a sí mismo, al auténtico norte (liderazgo individual).

En el mundo actual todos requerimos de líderes. Personas que asuman su responsabilidad del problema y sean decididas, desafíen el  status quo  y produzcan el involucramiento individual y colectivo.

Para cerrar me quedo pensando en algunas preguntas que plantea mi curso de liderazgo, ¿Cuál es mi propósito? ¿Trasmito mi propósito a las personas con las que me relaciono en el trabajo y fuera de él? ¿Puedo aprender a mantenerme fiel a la persona que soy?

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Basado en Apuntes de Liderazgo (UAI), entrevista a Bill George (Trend Management, 2007).

martes, 1 de abril de 2014

El Perfume del Líder

Hace unos días atrás, un colega con el que he trabajado por años se acercó  a mí y me dijo que quería pedirme una hora para que nos reuniésemos a conversar. Rápidamente, hice espacio en mi agenda y nos reunimos unas horas después. Él se acercaba a mí por dos motivos: el primero, era para felicitarme, pues sabía que uno de los proyectos que yo he estado dirigiendo estaba dando mucho que hablar, ya que  había logrado superar las expectativas de varios gerentes  y jefes de área, logrando impactar positivamente los indicadores claves o KPI (por sus siglas en inglés) y, junto con ello, ha ayudado enormemente a cumplir los objetivos de la organización definidos para este año fiscal. El segundo motivo era para pedirme consejo acerca de cómo liderar y motivar su equipo de trabajo.

Le agradecí por su buena onda y por el reconocimiento a mi gestión, pero le dije que nada de eso lo habría podido lograr sin mi equipo de trabajo. Tengo diecisiete ingenieros que han trabajado conmigo en este proyecto,  le dije, yo los he ayudado a definir un rumbo y coordinar algunas cosas, pero el grueso del trabajo lo han hecho ellos. Ellos me han ayudado a mí a cumplir este proyecto.

Cada uno de los integrantes de mi equipo de proyectos es tremendamente valioso e irremplazable para mí. Puedes reemplazar el cargo o la función, pero no a la persona. Me ocupo de que ellos tengan claro esto y, en cada oportunidad que tengo, resalto y demuestro sus capacidades ante otros gerentes.  Quiero que ellos se lleven el reconocimiento que se merecen.
Aparte de cumplir con toda la parte funcional que un proyecto demanda, me he preocupado de desarrollar un ambiente de trabajo sin miedo: todos tenemos inseguridades de algún tipo que no queremos mostrar, y mucho menos en el lugar de trabajo. Personalmente, me he dado cuenta que, cuando me muevo con miedo, mi capacidad se limita muchísimo; estoy tan enfocado en no equivocarme o en tomar la “decisión correcta”, que pierdo de vista el objetivo que quiero lograr.
En mi equipo de trabajo, poco a poco, he logrado desarrollar un ambiente en el que todos nos sintamos contenidos y apoyados unos con otros, en que el miedo a la jefatura desaparezca y puedan sentirse con todo el derecho a opinar y  cuestionar sobre cualquier asunto, cuando ellos crean que algo se puede hacer mejor. En liderazgo, esto se conoce  como “romper el status quo”, y es una manera de disminuir el sentimiento de miedo y dar paso a nuestro poder creativo (que, por cierto, es ilimitado).
Esto nos ha ayudado a crear y desarrollar soluciones en conjunto y a superar problemas más rápidamente y salir más fortalecidos que otros equipos en situaciones de crisis.
Cuando estás en una posición de liderazgo y las cosas salen bien, uno suele llevarse la mayor parte del reconocimiento. Lo mismo ocurre si las cosas salen mal: al primero que apuntan es al gerente de proyectos. Por suerte para mí, esto lo asimilé rápidamente en los inicios de mi carrera, y uso el poder que se me confiere en esa posición para obtener beneficios para mi equipo de proyecto y para protegerlos de otras personas cuando alguno de ellos ha cometido una equivocación que ha sido muy comentada.


Trabajo en Equipo + Motivación + Inspiración + Liderazgo + Visión + Innovación = EXITO

En general, trato de mantener buenas relaciones con todas las personas, sin importar el área o la organización para la que trabajen. Hay veces en nos enfrascamos, incluso con mi jefe, en sendas discusiones acerca de algún procedimiento que debió haber sido seguido o algo que pudo haberse hecho mejor. Ha habido veces en que el enojo nos dura más de la cuenta, pero lo importante y trascendente viene en que, al final del día, ellos saben que pueden contar conmigo y yo con ellos. No nos llevamos los problemas a la casa y, al menos en mi equipo, tengo absolutamente prohibido que se lleven trabajo a sus casas. Predico con el ejemplo y trato de que ellos hagan un uso eficiente con su tiempo en la oficina, en vez de que les quiten horas de descanso o a sus familias para terminar algo que quedó pendiente.
Por último, y no por ello menos importante, he aprendido a mostrarme tal cual soy; demostrar y hablar de mis fortalezas y debilidades, no tiene nada de malo. Reconocer cuando cometí un error, cuando hice un juicio muy apresurado o, simplemente, cuando estoy muerto de cansancio y siento que no valgo un centavo, es absolutamente normal. Me he dado cuenta que en los equipos de trabajo, mientras más cercanos o conectados nos sintamos unos con otros, el resultado no puede ser más que uno solo: el éxito.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Acerca de la Definición de Uno Mismo

Hoy en la mañana, mientras entrenaba en el gimnasio, no pude  evitar el escuchar una conversación entre dos mujeres que se habían detenido a conversar justo en frente de la elíptica que yo estaba ocupando.
 

La verdad, fue bastante triste: una de ellas le contaba a la otra lo mal que lo estaba pasando tras descubrir la infidelidad de su pareja. Llevaban varios años casados y tenían proyectos de comprarse una casa más grande, tener hijos y hacer una vida juntos. La mujer estaba realmente destrozada, y creo que cualquiera de nosotros, estando en su lugar, también lo habría estado. Ella decía que la infidelidad en la pareja era algo en lo que simplemente ella no transaba; estaba en contra de sus principios. Aparte, después de descubrir las andanzas en la que estaba su marido, investigó un poco más y descubrió que no había sido una sola vez y con una única mujer con la que él le había sido infiel, sino con varias más y en diferentes ocasiones. Lo peor de todo es que ella se culpaba a sí misma, pensaba que se había obsesionado mucho con su trabajo, que quizás él se pudo haber sentido abandonado, etc.
 

Al final, yo terminé de hacer mis ejercicios antes que ellas terminasen su conversación, por
lo que agarré mis cosas y me fui. En el camino, recordé una oportunidad en la que acompañé a mi amigo EL ARTISTA a una sesión de terapia grupal.  Ese día, la terapeuta hablaba acerca de la importancia de darse cuenta y hacerse absolutamente consciente de cuáles eran las cosas que sentíamos que a uno lo definían como individuo. Y ponía el ejemplo de la relación de pareja, en la que uno de los miembros entrega su vida a esa relación y a su compañero y, cuando las cosas no funcionan como se esperaban, la relación termina y  esa persona, aparte de experimentar el proceso de duelo por el cual todos pasamos, siente un impacto mucho mayor en su ser. Experimenta un terremoto grado diez, ya que parte de la definición de sí misma, como persona, como ser humano integral, la había depositado en algo o alguien que no era ella y, al perder ese objeto o sujeto, caía en la incertidumbre y desesperación de no saber quién se es o qué lugar se ocupa en este mundo.
 

El tema no es fácil de explicar; no soy psicólogo y estoy lejos de serlo, pero trato de ponerlo en palabras simples.
 

Creo que es un ejercicio sano monitorearse cada cierto tiempo y preguntarse en qué cosa o persona estoy depositando la definición de mí mismo. ¿En un trabajo? ¿En una relación? ¿En los bienes que he adquirido? ¿En los lugares que he visitado? ¿Los idiomas que hablo? ¿Las certificaciones que poseo? ¿Los grados académico que, fruto de mi esfuerzo y perseverancia, he obtenido? ¿El barrio en que vivo? ¿El roce social? ¿Los amigos influyentes que tengo?
 

Claramente, para mí, la mejor apuesta es por uno mismo. En mi caso, tener la certeza (esalgo que se desarrolla y se trabaja cada día) de estar en una bonita relación, en la que siento que ambas personas crecemos y compartimos afectos y vínculos en común pero que poseemos nuestra libertad individual; de tener un trabajo que disfruto, que me desafía de muchas maneras, que me ha ayudado a crecer personal y profesionalmente y de sentir que lo que quería hacer ya lo hice y lo que he querido comprar o adquirir también lo he podido hacer.  Darme cuenta de que podría perder cualquiera de esas cosas o personas que hoy son valiosas  en mi vida y que, evidentemente, causarían un dolor y una pena en mí, ya que no me es indiferente lo que les pase, pero que yo no terminaría destruido, me ayuda a pararme ante el mundo desde otro lugar, mucho más seguro de mí mismo. Me permite sentirme completo no por lo que tengo o he logrado, sino por el simple hecho de reconocerme ante mí mismo en primer lugar y, luego, ante los demás.
Es curioso cómo de una conversación de la cual uno no es partícipe, se pueden recordar tantas cosas. Incluso, da material para escribir.

Doce lecciones de La Catedral y el Bazar


La semana pasada escribí un post acerca del artículo escrito por Eric S. Raymond y su experiencia de desarrollo de software, al aplicar los principios de las comunidades de código abiertas. Y de cómo mi equipo de proyectos se había sorprendido, cuando les planteé la posibilidad de tomar algunos de esos principios y aplicarlos a uno de los proyectos que veníamos trabajando.
Fueron varios los comentarios que recibí, no sólo a través de esta plataforma, sino por e-mail, mensajes en Facebook y comentarios de colegas con los que me topé en la oficina los días posteriores.
 

Quise darle una tercera leída al artículo y acá les dejo algunas lecciones, que creo pueden ser aplicadas no sólo en proyectos de desarrollo de software, sino también en algún ámbito de la vida personal de cada uno. Como siempre, todo depende de la visión (filtro) con el que decidamos ver las cosas.
  1. Los mejores desarrollos surgen al abordar soluciones personales a los problemas cotidianos del desarrollador, y se difunden porque el problema afecta también a un amplio grupo de usuarios
  2. Los buenos programadores saben qué escribir. Los grandes saben qué reescribir (y reutilizar) 
  3. Si tienes la actitud adecuada, los problemas interesantes te encontrarán
  4. Cuando un programa o proyecto deja de interesarte, tu último deber es pasarlo a un sucesor competente
  5. Los usuarios son importantes, no sólo porque demuestran que estás satisfaciendo una necesidad, sino porque pueden llegar a convertirse en tus ayudantes. Tratar a tus usuarios como colaboradores es el camino menos complicado para mejorar con rapidez y depurar eficazmente un programa
  6. Con un número de ojos suficiente, todos los errores son irrelevantes
  7. A menudo, las soluciones más sorprendentes e innovadoras surgen al darte cuenta de que la idea que se tenía del problema estaba equivocada
  8. Cuando te topas con una pared – en proyectos de desarrollo de software o en la vida – suele ser el momento de plantearte no si tienes la respuesta adecuada, sino si estás respondiendo a la pregunta correcta
  9. La perfección no se consigue cuando no queda nada por añadir, sino más bien cuando no resta nada por eliminar
  10. Toda herramienta debe resultar útil en la forma prevista, pero una verdadera gran herramienta te lleva a usarla para realizar cosas jamás pensadas
  11. Un sistema es sólo tan seguro como su secreto. Cuidado con los falsos secretos
  12. El problema de ser listo y original a la hora de diseñar software, consiste en que se convierte en un hábito. Comienzas a hacer las cosas cada vez más brillantes y complicadas, cuando deberías tratar de mantenerlas robustas y sencillas

jueves, 13 de marzo de 2014

Cómo conectar con el mundo

El tiempo y la experiencia me han enseñado que una de las cosas más importantes son los buenos contactos. No sólo cuando se busca cumplir con la cuota de venta para el mes o cuando se desea cambiar/encontrar trabajo, los contactos en el medio resultan valiosísimos, sino también cuando se busca ampliar la mirada y enriquecer la visión que tenemos del mundo o de algún asunto específico. Soy testigo de que, a medida que voy conociendo personas y logro desarrollar y mantener el vínculo, mi visión del mundo cambia. Se enriquece. Pero, en dicho proceso no sólo salgo ganando yo, sino todos los participantes de esa relación. A medida que vamos compartiendo lo aprendido, vamos creando un círculo virtuoso que va expandiéndose y generando un impacto que antes no existía.

Hoy me gustaría compartir parte de una conversación que tuve con uno de mis mentores.
Prefiero guardarme los nombres y detalles personales para mayor comodidad de los involucrados. Él es un hombre definitivamente ocupado: es director ejecutivo de una compañía y, además, es profesor de cátedra de un par de escuelas de negocios acá en Santiago y casi siempre aparece en entrevistas de televisión cuando se hace algún reportaje de nuevas tecnologías y tendencias. Tratamos de reunirnos un par de veces al mes, al menos, cuando hacemos coincidir nuestras agendas.
 


 Yo le preguntaba acerca de cómo sentirme más conectado con el mundo…

- ¿Cómo conecto con el mundo? ¿Cómo hago para ir tomando el pulso a los acontecimientos a medida que van ocurriendo, para ver si éstos tienen algún impacto en mi día a día? A veces, me siento súper desconectado de lo que está pasando. Me da vergüenza admitirlo, pero así es – dije.

- Bueno, déjame dejarte en claro que, en primer lugar, es necesario que salgas de la burbuja en la que, cotidianamente, todos solemos meternos. Yo comprendo que las exigencias de la vida diaria, los compromisos de trabajo, las largas jornadas, todo confluye para que, al final del día, terminemos metidos en nuestra propia burbuja, sumidos en nuestra ropia realidad. Muchas veces nos olvidamos que ‘allá afuera’ hay un montón de cosas que están pasando y que, aunque tú no seas partícipe directo de ellas, eso no significa que ‘esas cosas o eventos’ no vayan a tener un impacto, por mínimo que parezca, en tu vida.

- Pero, háblame más al respecto – dije. Siento que estoy a punto de entenderte. Es decir, a nivel lógico, concuerdo con tu planteamiento. Sin embargo, hay una parte de mí que se mantiene escéptica. Por ejemplo, no logro visualizar cómo el conflicto entre Ucrania, Rusia y Estados Unidos pueda cambiar en algo mi vida. O de qué manera la inestabilidad política y social en Venezuela puede afectar mi desarrollo profesional (mi carrera).

- Creo entender lo que me estás diciendo. Quizás, no partí explicándome bien desde un principio. Vicente, a medida que he ido conociéndote más, he visto que tú tiendes a enfocarte mucho en tus metas. Tú, como ‘Vicente Espinoza’, muchas veces tiendes a definirte en base al rol que ocupas en una compañía, el grado de tus estudios, al proyecto que estás dirigiendo en un momento específico, etc. No es que eso esté mal, es simplemente que eso demuestra en dónde está puesto el foco de tu atención la mayor parte del tiempo. Lo que sucede es que, al vivir así por mucho tiempo, hay muchas cosas que no adviertes, que pueden estar pasándote al lado, incluso en este mismo momento, y tú, al ignorarlas por completo, por estar pensando en el grado de avance de un proyecto, los días restantes para el examen de certificación, el correo que aún no has enviado, el reporte que prometiste que enviarías a más tardar el miércoles siguiente, etc.; se limitan tus capacidades y se reduce tu campo de acción.
Repito, eso nos pasa a casi todas las personas que conozco. Tenemos puesta la mayor parte de nuestra atención en asuntos pendientes, en metas u objetivos que aún no llegan, y se nos puede pasar la vida viviendo de esa forma.

- A medida que escuchaba, iba asintiendo con la cabeza. Intentaba poner la mayor cantidad de atención posible a lo que me estaba diciendo. Pero mi mente, una vez más, me sacaba del momento presente y me hacía recordar todas las veces en las que yo estaba preocupándome de mil cosas antes de que éstas, siquiera, ocurriesen.

- Ahora, te pido que no me mal entiendas – advirtió mi mentor. Eso que haces, desde otro punto de vista, es muy valioso en lo laboral. Te convierte en un excelente profesional: previsor, proactivo, capaz de anticiparse a los eventos y reaccionar eficientemente cuando éstos ocurren. Te permite ser capaz de anticiparte a las necesidades de tus clientes, de percibir y administrar el riesgo, preparar planes de contingencia exitosos y realistas. Además, en planificación estratégica, esto te permite darte cuenta a tiempo cuándo un indicador clave del negocio no está reaccionando como se espera y tomar acciones para corregirlo cuando aún hay tiempo.

Para enfocarlo más en tu área, hablemos, por ejemplo, del anuncio que Jeff Bezos, fundador de Amazon, hizo hace algunas semanas atrás, acerca de que tenía planeado que, en no más de cinco años, quería reemplazar a los despachadores de productos por drones no tripulados. ¿Sabes cuántas personas emplea Amazon en sus centros de logística y distribución? ¿Has dimensionado en cuánto aumentaría el número de cesantes si es que este plan logra implementarse con éxito en un 80%?

Hablemos de Google y un par de sus inventos: los famosos lentes ‘Google Glasses’: ¿De qué manera crees que la industria de la tecnología móvil pudiese cambiar una vez que los lentes sean lanzados al mercado? ¿Habrá más espacio para proveedores de contenido? ¿Podrá esta estrategia de diversificación de Google impactar en nuestros hábitos de consumo de productos y servicios? Abstenerse de adquirir los lentes o, simplemente, de usarlos, ¿Te sacaría automáticamente del alcance que estos lentes podrían llegar a tener?

Otro tema interesante es el ‘Proyecto Loon’. ¿Has escuchado al respecto?

- Sí, claro – respondí deprisa. Salió en todas las noticias a fines del año pasado. Es un proyecto que busca conectar áreas rurales o aisladas, en las que no es posible hacer llegar Internet a través de los medios tradicionales. Según entiendo, se armaría una red de globos que flotarían a nivel de la estratósfera para poder propagar la señal de Internet.

- Exactamente. Ahora bien, pensemos, por ejemplo, en cómo los grupos humanos que actualmente no tienen acceso a Internet, pudiesen verse beneficiados con este proyecto.
¿Cuántas personas podrían empezar a auto-aprender si tuviesen acceso a sitios como Udemy o Cloudera? ¿Cuántos nuevos programadores o hackers pudiesen salir de estos sitios aislados geográficamente? ¿En cuánto se vería aumentado el número de usuarios de redes sociales una vez cubierta esta brecha geográfica?

No pude más que demostrar mi pasión y entusiasmo por la conversación que estaba teniendo con mi mentor. Me sentía el hombre más afortunado del mundo por tener la oportunidad de intercambiar opiniones con él.

- Veo que te he dejado sin palabras – me dijo, entre riendo y bebiendo el último trago de café

- Así es – me reí. Algo difícil de conseguir

- Muchacho, creo que llegó el momento de hacerse más preguntas y entrar en contacto con el mundo. Me voy contento, porque siento que, al menos hoy, logré sacarte de tu burbuja y mundo de proyectos. Si sigues haciendo el ejercicio de abrirte y hacerte preguntas todo el tiempo, verás cómo tu entorno comienza a cambiar a favor tuyo.

jueves, 13 de febrero de 2014

La Catedral y el Bazar

Desde hace algunos días he venido pensando  acerca de los cambios de paradigma. De cómo la forma de educarse, vestirse, alimentarse, trabajar, hacer familias y parejas  ha cambiado rápidamente en los últimos veinte años. 

Un par de noches atrás re-leía el paper que escribió Eric S. Raymond, La Catedral y el Bazar, acerca de su experiencia de desarrollo de software abierto con fetchmail y cómo él mismo se sorprendió al darse cuenta que, al abrirse al mundo, al trabajar en comunidad,  concertando el esfuerzo de muchas voluntades, era posible crear un producto o servicio útil, de excelente calidad, seguro, estable, robusto y tan competitivo como el de un modelo de desarrollo comercial tradicional.

Para algunos este posteo puede ser percibido como un poco anárquico y me alegraré si así resulta. 

Cuando nos atrevemos a desafiar las estructuras, a romper con lo establecido y preguntarnos si existe otra forma de hacer las cosas, creo que es cuando las posibilidades de éxito aumentan exponencialmente. Podemos  darnos cuenta, confirmar, que con lo establecido hacemos las cosas de la mejor manera posible y no es necesario cambiar nada, o encontrar/crear una manera mucho mejor de hacerlas. Con las ventajas y beneficios que ello acarrea. El tema es atreverse a pensar distinto y a hacerse preguntas. Cuestionarse un poco no hace nada mal.
Hoy estaba en una reunión de proyecto y hablé con mi equipo  acerca de La Catedral y el Bazar. Les planteé que creía que había varios  principios que podíamos aplicar. Si nos dejábamos de secretismos y atraíamos la mayor cantidad de ojos posibles, las posibilidades de que los problemas con los que estábamos lidiando fuesen vistos de otra manera y, por lo tanto, analizados y resueltos más rápidamente, eran mucho mayores a que si manteníamos la estructura cerrada con la que habíamos trabajado hasta ahora. Se formó un silencio magistral, vi como las miradas se cruzaron una con otras y, después de unos minutos, algunos empezaron asentir con la cabeza.

Era un hecho, empezaríamos a trabajar bajo los principios de La Catedral y el Bazar. Un cambio completo de paradigma y un desafío para todos nosotros. Desafío que nos pone un poco ansiosos pero que, en lo personal, a mí me  producía mucho placer: una vez más, mi equipo de proyecto me demostraba patentemente que confiaban en mi criterio. Que eran abiertos, valientes y asumían desafíos, incluso cuando eso implicase ir en contra de lo que pensaban*. Yo estaba tranquilo, sabía que mientras nos mantuviésemos unidos, comunicándonos clara y honestamente,   podríamos enfrentar cualquier desafío con éxito.

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*Nota: cuando se trabaja en proyectos de desarrollo de software, algunas personas se guían por el principio de Brooks. El cual es considerado un axioma, que establece que añadir más desarrolladores o personas a un proyecto que viene retrasado, lo retrasa aún más. Fred Brooks dice que si se duplica el número de desarrolladores, entonces las complejidad de los canales de comunicación se cuadruplica. Haciendo más difícil la comunicación entre los integrantes del equipo. Si eso fuese absolutamente cierto, el desarrollo de sistemas operativos como Linux, y de otras muy importantes distribuciones, utilizadas ampliamente en los servidores de empresas, como RedHat y Ubuntu, hubiese sido imposible.

sábado, 8 de febrero de 2014

Lo que me motiva a escribir

Escribir se ha transformado en una necesidad para mí. Me ayuda a vaciar la mente y el corazón, sacar lo viejo para que entre lo nuevo. Hacerles  espacio a ideas más frescas y sentimientos honestos. Recuerdo que lo hacía cuando estaba en la escuela. Participaba en actividades de periodismo y fotografía, como si, a través de ellas, tratase de captar el mundo y mostrárselos a otros con mis propias palabras y  mirada.
Más tarde, en la adolescencia, seguí con eso por un tiempo, pero al tiempo después lo dejé. Me encontraba con más responsabilidades que sentía que requerían de mayor demanda de energía para poder concretarlas. Hasta hace unos meses atrás, en que Gabriel, mi coach, me planteó el desafío del blog. Y heme aquí un sábado por la noche, escribiendo en el computador, haciendo espacio a ideas más frescas.

Lo que encuentro injusto en la vida es que sólo unos pocas personas puedan beneficiarse de las experiencias de uno. Por lo general, uno mismo. Ya que son experiencias personales. Es por eso, y con la intención de llevarle la contra a la vida,  es que me hago el tiempo para escribir. Forma parte de mis motivaciones el intentar, o creer, que otros/as pueden verse beneficiados con lo que cuento. Mis experiencias de vida: el cómo veo, siento y percibo. También lo hago por mí mismo. Para que mañana pueda detenerme por unos momentos y ver el camino recorrido. Sacar cuentas, espero que sean alegres, y comprobar que las ganancias fueron mayores que los costos.

Hace unas semanas atrás, cuando escribí de mi amigo artista, por expreso pedido de él, recordé cuando nos conocimos. Aunque no voy a entrar en detalles, sí puedo exponer el sentimiento que nos unió  y el cual no había sido tan patente para mí como  hasta ahora.  El sentirse incapaz de estar en el mundo, tan poco anclado, tan poco sujeto a algo/alguien, casi sin raíces o compromisos era algo que  yo ya venía sintiendo  en ese entonces. No podría haber hecho lo que él hizo, no lo juzgo, porque, en mi caso, me aferré a la creencia que, eventualmente, las personas o los compromisos que me hiciesen estar/sentir más anclado al mundo aparecerían. En cierta manera así fue, aparecieron. Pero su partida, o pérdida, fue tan o más dolorosa que me dejaron con la sensación de un gran vacío.  Pero  también aparecieron las personas y trabajos correctos, en el momento correcto, que me permitieron atravesar por ese duro momento y re-conocerme en el intertanto. Permitiendo darme cuenta que no estaba fuera de mi lo que necesitaba para estar conectado, sino adentro. El desafío era claro: si me atrevía a mirarme y re-conocerme  identificando, aceptando y potenciando, dentro de lo posible, mis virtudes y defectos, o en términos de planificación estratégica según Porter, mis fortalezas y debilidades, entonces sería capaz de volver a salir y pararme ante el mundo, pero esta vez con otras bases (raíces): las mías. Con mis condiciones y bajo mi mirada.

Se necesitan bolas grandes para escribir como lo haces en tu blog – fue lo que me dijo un colega el otro día en la oficina.
Lo sé, le dije. Pero siento que tengo tan poco que perder, en comparación con lo mucho que puedo ganar, que estoy dispuesto a asumir los riesgos. Ya hice todo lo que quería hacer, viajé a los lugares que quise y en el momento en que pude. Me compré y comí lo que necesitaba, pagué las cuentas. Hoy solo me ocupo de ser feliz. De llegar por la noche a mí casa, cerrar los ojos y sentir que no tengo deudas conmigo mismo.

Wow – fue lo que respondió.

jueves, 6 de febrero de 2014

Acerca de la Dirección de Proyectos, Planes de Comunicación y Lealtades entre Equipos

En los cinco años que llevo trabajando para esta compañía de TI he tenido el privilegio de participar en proyectos de diferente alcance, para diferentes clientes y con distintos equipos de trabajo. En un principio, y como a muchos les habrá  ocurrido, empecé como un integrante más del equipo de proyecto. Tuve la suerte y reconozco, la humildad de pedir ayuda cuando lo necesité, de aprender de los mejores en la industria de TI local.

En las distintas líneas de negocio y equipos con los que trabajé pude conocer excelentes profesionales y personas. Con varios de ellos mantengo el contacto hasta el día de hoy y, aunque no hablamos con la frecuencia de antes, me siento orgulloso de decir que fuimos capaces de construir y desarrollar una relación que ha logrado sostenerse/resistir el tiempo y la presión del trabajo diario.  Esa fue una de las cosas que aprendí en mis dos primeros años: pedir ayuda, devolverla y mantenerse en contacto.
Enfocado en mis tareas, no advertí que el escenario a mi alrededor había cambiado.  De pronto me di cuenta que a las personas les gustaba trabajar conmigo y varios gerentes, de fuera de Chile, me pedían para participar en varios de sus proyectos.
Tras la adquisición de una empresa que desarrolló servidores  de alto rendimiento, sistemas operativos y tecnología usada en prácticamente todos los artefactos eléctricos y mecánicos al día de hoy, es que vino una nueva oportunidad. Me había enterado de que se formaría un equipo de ochenta personas y cinco gerentes en Chile y buscaban a alguien con experiencia que pudiese ayudar en la implementación de ese proyecto. Fue así, como solicité una reunión con uno de los  directores globales y comenzamos a hablar al respecto. Ahí fue cuando aprendí a negociar: ellos necesitaban algo que yo poseía y yo me presenté como la solución a sus necesidades.


Tres años después, y ya con las operaciones del negocio funcionando a toda marcha, estaba a cargo de un equipo de diecisiete personas y dirigiendo uno de los proyectos más entretenidos hasta ahora.
La narración de la historia suena simple, pero no han sido pocos los obstáculos que mi equipo y yo hemos tenido que sortear para llegar hasta donde estamos. Aprendí de política, de influencias y de humanidad. Me la he jugado, y lo sigo haciendo, por todos los miembros de mi equipo. Aunque a veces
esto no resulta tan evidente para algunos, y no tiene por qué serlo tampoco.
Hubo veces en las que me encerré a discutir acaloradamente con mis jefes cuando algo no me parecía correcto. Y hoy, mirando hacia atrás, veo que fue lo mejor que pude haber hecho.  Defender un punto de vista, con argumentos sólidos, mirada estratégica y perspectiva fue lo que ayudó a cimentar las bases de confianza y lealtad en mi equipo. Dejé de evadir los problemas y comencé a ser más espontáneo y honesto, conmigo mismo y con los demás.

Las ganancias superaron con creces la inversión (ROI) - para la organización y para mi - no solo económica, sino también en tiempo y costo personal que implica dirigir un proyecto, que impacta a más de ciento cincuenta y seis empleados de una organización  y cientos de clientes que pagan miles de dólares por productos y servicios de primera calidad.