miércoles, 14 de mayo de 2014

Acerca de la Teoría X y la Teoría Y

A medida que pasa el tiempo y mientras voy conociendo a más personas, me doy cuenta que hay muchas cosas para las que no estamos preparados. Podemos pasarnos la vida estudiando y ocupando cada hora en leer libros o desarrollarnos en un área de nuestro interés. Sin embargo, hay cosas que vamos a tener que ver cómo enfrentar en el minuto en que se presenten. Estoy pensando en la manera en que nos relacionamos con los demás, tanto a nivel personal como profesional.
Es cierto que nuestra infancia moldea nuestra personalidad; las personas que nos tuvieron a cargo, experiencias de vida, vínculos significativos, etc. , pero también es cierto que todos tenemos momentos o, a veces, instantes fugaces en los que somos capaces de vislumbrar cuando el camino que estamos recorriendo,  o la manera que estamos ocupando para cumplir un objetivo, no es la mejor.
En los breves siete años que llevo  trabajando profesionalmente, he podido liderar equipos de trabajo muy diversos, aunque también he puesto atención en los resultados que otros equipos, liderados por otros gerentes, han tenido.


El tema del post de hoy es acerca de dos de las teorías de dirección más conocidas en las organizaciones que, a mi parecer, están muy presentes en la actualidad: la Teoría X y la Teoría Y, ambas desarrolladas por Douglas McGregor. Dichas teorías resultan radicalmente diferentes entre sí. La Teoría X se fundamenta en el planteamiento realizado por Frederick Taylor a través de su Scientific Management. En su obra, Taylor desarrolla una “ciencia” en la que debía ejecutarse el trabajo de una manera específica para obtener el mayor rendimiento y maximización de recursos. Para el desarrollo de su propuesta, Taylor incluso se enfocó en medir los tiempos y movimientos físicos que tenían que ejecutar los trabajadores para elevar la producción y uniformar los procesos productivos. Desde ese planteamiento, nace la Teoría X.
La Teoría X identifica al trabajador como un recurso reemplazable, al cual  le atribuye características de un ser pesimista, rígido y que evade el trabajo cada vez que puede. El trabajador, en la Teoría X, es un ser sin mayores ambiciones ni metas, que busca la seguridad, que se resiste a los cambios y que necesita ser dirigido en todo momento. Un jefe típico de la Teoría X es alguien tremendamente controlador, que señala cada una de las tareas de los integrantes de su equipo de trabajo y dicta claramente cuáles son las reglas a seguir para evitar ser sancionado.

En la Teoría Y, por el contrario, se reconoce al trabajador como un sujeto con la capacidad de dirigirse a sí mismo, a partir de objetivos que le son encomendados. Este trabajador resulta ser alguien que no le teme a las responsabilidades y que busca perfeccionarse; una persona que usa recursos como la creatividad y que es capaz de aplicar innovación para cumplir con una meta. Además, no requiere de amenazas para ayudar a cumplir las metas de la organización. Un jefe, o líder que aplique el modelo a de la Teoría Y, tenderá a buscar consensos. Su estilo de dirección se diferenciará por ser participativo y democrático, delegará responsabilidades  y proporcionará las condiciones requeridas para que los trabajadores alcancen sus metas individuales, así como las de la compañía.

Cuando pienso en que casi todos pasamos un tercio de nuestro día en el trabajo y, en muchos casos, se nos olvida sacarnos el rol de líder, jefe o gerente y llegamos a nuestros hogares con el mismo chip, no dejo de pensar en lo difícil que debe ser para nuestra pareja, hijos, familiares o amigos, relacionarse con otra persona que funcione desde la Teoría X, es decir, alguien que crea que tiene que estar controlando, dirigiendo y midiendo constantemente el desempeño de los demás... debe resultar muy agotador. Un padre o madre que crea que tiene que estar presente todo el tiempo para que las cosas “se hagan bien”, me imagino que puede llegar a resultar asfixiante, no sólo para sus propios hijos, sino además para todos los que se relacionan con él.

Finalizo dejándoles una inquietud: ¿con cuál teoría se sienten identificados en su vida diaria?

Si les quedó gustando el tema, vean este video que habla sobre distintos estilos de liderazgo.


viernes, 9 de mayo de 2014

Confesiones de un Introvertido

Este post es la continuación del anterior, la segunda parte de La Revolución Silenciosa.

Atrás quedaron los días en que rehuía cada oportunidad de estar con otras personas. Hace años el simple hecho de ir al mall a comprar podía ser una fuerte fuente de ansiedad para mí. Verme rodeado de tantas personas, con tanto ruido y bulla proveniente de tantas partes era algo con lo que yo no podía lidiar.

Pese a ello me las arreglaba para tener una vida medianamente normal y relacionarme con los demás. Tras mucho trabajo personal y el apoyo de excelentes profesionales aprendí a estar en el mundo. A encontrarme rodeado de personas y que ello no me afectase. A expresar mis opiniones con claridad, a pararme ante un auditorio de evaluadores y defender una tesis o reunirme con mis clientes y mi equipo de trabajo para mostrarles el porqué les convenía que llevásemos acabo la iniciativa que les proponía.


Aprendí a respirar y a moverme. Adquirí herramientas y/o recursos que me hiciesen mi diario vivir más fácil. Encontré mi safe heaven, en el cual me refugio para llenarme de energía para volver a salir al mundo.

El hecho de haber vivido tantos tiempo como introvertido me ayudó a conocerme mucho y poder relacionarme con las personas de manera más profunda. A conectarme con los demás y tener un genuino interés en lo que le pasa al otro.
Hoy sé hasta dónde pedir a mi equipo de proyecto y soy mucho más tolerante y comprensivo cuando las cosas no funcionan (extrañamente, esta forma de ser no me produce problemas en el trabajo. Al contrario, en 20 días más cerraremos el año fiscal 14 y con el pecho inflado de orgullo puedo decir que, por primera vez en 3 años,  vamos a superar todos y cada uno de los indicadores claves del Balance Scorecard que se propuso en junio pasado. Fecha en la cual asumí el rol de Project Manager).

A pesar de que mi tendencia es a establecer relaciones 1 a 1 y no 1 a N, ya no me escondo ni padezco cuando tengo que dirigirme a un grupo de personas. Y, al día de hoy, disfruto cada momento de interacción que tengo con colegas y clientes. Al final de cuentas todos queremos ser escuchados y compartir nuestras historias y, la escucha genuina, es una capacidad que nosotros los introvertidos tenemos muy desarrollada.

Los dejo con un video que me encanta. Es una charla TED  que demuestra cómo nuestro lenguaje corporal moldea nuestra identidad.  Y cómo podemos asumir distintas poses para incrementar la autoconfianza en situaciones estresantes como las entrevistas de trabajo. ¡Ojalá les guste!


Acerca de la Revolución Silenciosa

No puedo estar menos que fascinado del mágico hallazgo que tuve hoy. De hecho fue ese mismo sentimiento de fascinación el que me hizo volcarme a escribir con el siguiente pensamiento en mi cabeza: “¡Tengo que compartirlo con mis amigos. Esto es fabuloso, mientras más personas se enteren de esto, las cosas irán mejor!”


Hoy me topé accidentalmente con una entrevista que le hicieron a Susan Cain (abogada y escritora del libro Tranquilo: El poder de los introvertidos en un mundo que no para de hablar), acerca de cómo había sido su experiencia de vida como introvertida e inserta en un ambiente lleno de abogados y juicios orales. Y la verdad es que a medida que la iba leyendo me sentía más y más identificado con cada una de sus palabras. (Al final del post compartí un video de una charla TED de la autora). 
Cada mañana me levanto a las 5:45 para entrenar en el gimnasio antes de irme a trabajar. Tengo a mi cargo un equipo de diecisiete brillantes ingenieros, mi equipo de proyecto, con los que me relaciono todos los días. Cada viernes me reúno con Gabriel  Bunster, mi coach, para conversar acerca de alguna idea que tenga en mente o para potenciar alguna área en mi vida profesional y/o personal. Los fines de semana descanso y me reúno con amigos, cuando puedo. Por lo general es una rutina que no cambia mucho. Sin embargo, este último tiempo me he forzado a ser más sociable. Acudir a eventos de Emprendimiento y Project Management para conocer más personas, hacer networking e interactuar un poco más.

Esto es algo que muchos no perciben, pero hay veces en que me siento asfixiado en reuniones sociales o en la misma oficina. Cada vez que puedo me escapo a una oficina cerrada con mi computador o me voy a caminar para poder estar solo. ¡Me encanta estar solo!

A veces busco momentos para estar conmigo mismo. De hecho, las mejores ideas y soluciones han aparecido cuando bajo las revoluciones, me aparto de los demás y me relajo. Por supuesto, después de esas ideas me reúno con mi equipo de trabajo, las discutimos, desarrollamos y por lo general llegamos a algo mucho mejor. Pero el punto de partida, al menos para mí, lo logro en compañía de mi mismo.  

Por años me sentí mal al hacer esto y me retaba constantemente por aislarme de los demás. Por preferir, en muchas ocasiones, estar conmigo mismo antes que compartir con otros. Me preguntaba cómo diablos podría pretender tener personas a cargo o convertirme en líder si no era capaz de exponer mis ideas con claridad ante un gran grupo de personas, persuadirlos, ser carismático, etc. Sin embargo, trabajando duramente e intentando conocerme, fui logrando lo que quería, pero en mi cabeza permanecía esa voz que todos tenemos y que me hacía compararme con otras personas. Creyendo que si hablase más, si me acercarse más, si fuese más activo… podría lograr más cosas en menos tiempo o irme mejor…. La trampa del ego.


En el diplomado de liderazgo aprendí algo que encontré genial, el profesor lo llamó algo así como “el refugio del líder”. Este concepto viene a ser un safe heaven o lugar en el que nos refugiamos para recargar las pilas. No necesariamente tiene que ser un lugar físico. Hay personas que encuentran su refugio escuchando su canción favorita, juntándose con sus amigos, orando, haciendo ejercicio, etc. En mi caso yo lo encuentro retrayéndome por unos minutos, en completo silencio. Silencio que a veces me cuesta encontrar en una ciudad capital, en una empresa con más de setecientas personas y en una sociedad en la que todo resulta ser urgente y para ayer. 

La introversión no es lo mismo que la timidez. La introversión es la capacidad de irse hacia adentro y abstraerse de lo que nos rodea, mientras que la timidez está más relacionada a la persona que teme al juicio social. A diferencia de los introvertidos, los extrovertidos requieren mayor estímulo externo para responder, en cambio los introvertidos pueden sentirse más vivos y conectados estando en un ambiente silencioso.  

Desde el punto de vista del liderazgo en las empresas, un jefe o líder  introvertido puede resultar mucho más beneficioso para la organización. Ya que permite que las personas que tiene a su cargo, se expresen y florezcan en su máxima expresión. Además, su naturaleza le facilita el estar abierto a nuevas ideas, lo cual abre la puerta a soluciones creativas  e innovadoras. Por el contrario, según el estudio de Francesca Gino, del Harvard Business School, los jefes extrovertidos por lo general suelen ser más dominantes, a dirigir ellos las conversaciones y a ser menos receptivos. Un jefe de estas características, a cargo de un equipo con personas proactivas, puede tener roces con alta frecuencia y terminar mermando la iniciativa de los integrantes  de su equipo.

Obviamente estas no son reglas absolutas. Habemos muchos tipos de personas introvertidas y extrovertidas. Cada una con características, fortalezas y debilidades, únicas. Tampoco se trata de minimizar el valor que las habilidades sociales tienen en el mundo, el cual, gracias a los desarrollos tecnológicos, ha perdido las fronteras que antes lo dividían. Simplemente se trata de sacarnos del dogma de creer o seguir al que más habla. No siempre el que dice más palabras es aquel que tiene las ideas más claras


jueves, 8 de mayo de 2014

Liderazgo Colaborativo

En los últimos posts acerca de liderazgo, he hecho énfasis en cómo el diplomado en habilidades directivas que estoy cursando, y que termino en diciembre de este año, me ha ayudado a cambiar y redefinir ciertos paradigmas que yo tenía.

De partida, el nuevo enfoque del liderazgo tiene que ver con lograr la adaptación del sistema social (nosotros en él), ante situaciones de incertidumbre, para llevarlo a una mejora o restaurar los equilibrios. Para ello, en muchas ocasiones, necesitaremos remover el status quo y generar cierto grado de tensión al interior de nuestros propios equipos de trabajo, para propiciar que todos nos hagamos cargo (lograr el involucramiento) de un problema. Esto pudiese ocasionar que las personas que se sientan cómodas en el orden establecido, o en su zona de confort, se transformen en nuestros adversarios, al menos hasta que podamos demostrarles con hechos que salir de la zona de confort resulta beneficioso para todos.
Si no nos hacemos responsables de nuestros problemas, no podremos responder  o adaptarnos a los cambios a tiempo. Responsabilidad = response hability.


El liderazgo tiene que ver con hacer preguntas antes que dar respuestas. Desproteger el sistema para que perciba las amenazas, desafiar las normas, desorientar a las personas en sus roles y exponer el conflicto o permitir que este emerja.

Liderazgo con Autoridad
La autoridad permite que el liderazgo ocurra, ya que tiene el poder para concentrar y dirigir la atención sobre los asuntos que deben abordarse. La mayoría de las veces, los líderes ejercen autoridad y no liderazgo, pues operan en situaciones más o menos conocidas.
El rol de la autoridad tiende a inhibir las voces discordantes y a atraer a los satisfechos. Esto produce aislamiento, lo que fuerza al líder a buscar información utilizando otros métodos (subirse al balcón). De esto hablaré en un par de posts más.

Liderazgo sin Autoridad
Las ventajas del liderazgo sin autoridad son evidentes: en primer lugar no existen expectativas que satisfacer, podemos saltarnos las normas más fácilmente, hacer énfasis en problemas particulares sin mayor compromiso y generar más cercanía al interior de los equipos de trabajo.

Para cerrar el post de hoy los dejo con un maravilloso ejemplo de liderazgo colaborativo y sin autoridad. Es el caso de la orquesta Orpheus de Nueva York. Esta es una orquesta sin conductor, cuyo sistema se basa en el auto-gobierno y el liderazgo compartido. Lo cual expone a todos sus miembros al desarrollo de la capacidad de liderazgo por igual.

La clave de su éxito se basa en la motivación y toma de decisiones en conjunto.


El Líder 3.0

Liderazgo no se trata de tener una personalidad magnética; eso puede ser solo facilidad de palabra. Tampoco de hacer amigos o influir sobre las personas; eso es adulación. El liderazgo es lograr que las miradas apunten más alto, que la actuación de las personas alcance su máximo potencial y que la construcción de las personalidades supere sus limitaciones personales… (Peter Drucker).
Cuando pienso en Gandhi, Steve Jobs, Martin Luther King Jr., John Lennon o Juan Pablo II no puedo dejar de ver algunas características en común: su capacidad de inspirar y movilizar empresas y sociedades, equipos de trabajo y a ellos mismos.

El post de hoy tiene que ver con el liderazgo multisistémico. Es decir, el liderazgo que se da a tres niveles: estratégico, interpersonal e individual.


Un error muy común es creer que el liderazgo se da en un sólo nivel. Sin  embargo, en el ejercicio práctico del liderazgo vemos que esto no es así. Por un lado tenemos:

a) Liderazgo Estratégico: es aplicado a nivel de gestión empresarial y se relaciona mucho con nuestra capacidad organizacional. Acá usamos una forma de pensar particular, para interpretar las señales del entorno, que nos permita elaborar una estrategia para adaptarnos a tiempo. Para que tenga un sentido, se recomienda revisar periódicamente cuál es la visión de la empresa y cuáles son nuestros valores y propósitos, para así, ir pudiendo adaptar la estrategia ante un entorno cambiante y competitivo. Aquí la clave es mantenernos fieles a nosotros mismos.

b) Liderazgo Interpersonal: ocurre cuando nos relacionamos con personas para orientarlos a una determinada meta. A nivel empresarial, para un buen desempeño, un gerente, jefe o líder debe considerar:

  • Condiciones de Resultados: comunicar eficazmente cuáles son los resultados esperados, los indicadores (exigencia) que serán usados para medir si se alcanzaron dichos resultados y crear un grado de tensión al interior del equipo que movilice a todos los integrantes para alcanzar la meta
  • Condiciones Emocionales: está comprobado que la rentabilidad, la satisfacción de los clientes y el grado de compromiso de los integrantes de un equipo, se ven influenciados por el clima laboral que se vive al interior de ese equipo y por la capacidad de vincularse activamente entre sus miembros. La tarea del líder es crear un tejido emocional que permita sostener su equipo. El cual, entre otros aspectos, debe caracterizarse por estar libre de miedo y fomentar la confianza y apertura
  • Condiciones  de Aprendizaje: implica fomentar el desarrollo de habilidades y competencias técnicas y personales. Para ello el líder necesita ofrecer oportunidades y desafíos exigentes, proveer feedback positivo y negativo, enseñar en el trabajo y facilitar el estudio y capacitación de todos los integrantes de su equipo

c) Liderazgo Individual: este por lejos es uno de mis temas favoritos y más potentes. Consiste en la tarea de conocernos a nosotros mismos, gestionarnos como personas y trabajar y desarrollar nuestras habilidades y fortalezas. ¿Cómo podríamos esperar dar a otros lo que ni siquiera sabemos que tenemos? ¿Cómo podríamos liderar a los demás si no somos líderes de nosotros mismos?

El camino del liderazgo consciente e inspirador requiere que nos desarrollemos en estos tres niveles y alejemos de la idea que únicamente el liderazgo estratégico es el que cuenta en las organizaciones.

jueves, 1 de mayo de 2014

Emprendedores: Sueños y Osadía

En el marco del día del trabajador no pude dejar de acordarme de mis amigos emprendedores, personas a las que sinceramente admiro y a las que me voy a unir en el corto plazo. El año pasado, en Chile, el presidente Piñera firmó el decreto que creó el Día Nacional del Emprendimiento, celebrado el pasado 29 de Abril.  El día anterior recibí una invitación para asistir al encuentro de emprendedores más grande en Latinoamérica: MeetLatam 2014. El cual congregó a más de 2 mil emprendedores y estudiantes, todos con un sueño en común: emprender e innovar. El evento contó con un ciclo de conferencias en las cuales expusieron referentes mundiales del ecosistema del emprendimiento, tales como:
  • Andrew McCollum, cofundador de Facebook
  • Robin Chase, fundadora de Zipcar
  • Sergio Fernádez, delegado global de emprendimiento de la Casa Blanca
  • Manuel Olivares, gerente general del banco BBVA
  • Kai Huang, cofundador de RedOctane (la empresa creadora del juego Guitar Hero)
  • Ingrid Vanderveldt, EIR en Dell y cofundadora del Billionaire Girls Club
  • Marcus Shingles, Líder del grupo de innovación de Deloitte Consultings
  • Susan Fonseca, fundadora de Singularity University y Women@TheFrontier
  • entre varios más…

La jornada fue extensa pero sin lugar a dudas me sentí feliz y profundamente agradecido de poder participar y estar en medio de todas esas persona que vibraban en su conjunto. A modo de resumen, estas son las principales ideas que quedaron en mi mente aquel día:

  1. Talón de Aquiles de Chile, infraestructura: aunque no lo crean Chile es el sexto ecosistema de alto crecimiento en innovación, a nivel mundial, que, gracias a esfuerzos hechos por los diferentes gobiernos, está posicionándose como el próximo Silicon Valley de Latinoamérica (los otros cinco ecosistemas son Silicon Valley, Londres, Berlín y Tel Aviv). Fuente: Leading Global Ecosystems Report 2013. Entre las fortalezas que destaca el estudio se encuentran una fuerte comunidad de emprendedores, el interés genuino de las autoridades públicas por crear programas de inversión y actuar como facilitadores entre los emprendedores y la industria privada y universidades interesadas en programas de I+R+i y actuar como incubadoras de negocio.
    Todos los expositores del evento concordaron en que la infraestructura, particularmente el acceso a la banda ancha por parte de toda la población es demasiado cara y muy escasa comparada a otros países. Pese a que en Latinoamérica, según un estudio entregado por Netflix en Febrero pasado, solo nos encontraríamos por debajo de Brasil. Sin embargo, el Leading Global Ecosystems Report añade como desventajas para innovar: la falta de inversionistas de capital de riesgo (venture capitals) o inversionistas ángeles, burocracia por parte del sistema bancario para financiar o invertir en proyectos “riesgosos” y falta de capital humano capacitado (acá se consideran la cantidad de profesionales con estudios de postrado, masters y PhD, gasto público destinado a la educación, cantidad de alumnos por profesor en enseñanza media y relaciones de cooperación internacional en R&D entre otros.
  2. Emprendimiento social (negocios con impacto social): los emprendimientos sociales van a ser los nuevos grandes negocios. ¿Cuál es la diferencia que estamos haciendo en nuestro paso por el mundo?
    La evolución digital está cambiando la manera en cómo hacemos las cosas, incluyendo la filantropía. Y a medida que pasan los años, la nueva fuerza laboral, Millennials o Generación Y, buscará comprometerse únicamente con aquellas iniciativas y proyectos que además de rentabilidad, también tengan un fuerte sentido de propósito. Por favor vean este video completo, les ayudará a entender desde dónde se están involucrando las nuevas generaciones con el mundo del trabajo.

  3. Cambios en el paradigma de la educación: en cinco años más la mejor educación va venir de Internet y les guste o no a mis amigos docentes, el gran visionario Isaac Asimov predijo en 1988 el impacto que Internet tendría en la educación:


    Uno de los expositores el día del evento fue Eduardo Abeliuk, fundador de classroom.tv. Revisen su emprendimiento y aprovechen de tomar algunos de los cursos gratuitos dictados por profesores de Standford, Hardvard, PUC, MIT y Yale entre otros.
  4. Hacerse cargo de la vida: este es uno de los temas que más me apasiona y me invita a crear. Creo que todos nos hemos encontrado “atrapados” en algún momento en una relación que no nos hace bien o un trabajo que no nos gusta, etc. Soy un férreo partidario que en vez de culpar a los demás, a nuestro empleador, a los políticos o al sistema en el que estamos insertos nos arremanguemos las mangas de la camisa y nos pongamos a crear y a construir la vida que realmente nos sirve. Creo en la capacidad creadora de cada uno de nosotros y si no concuerdan solo miren a su alrededor: el dispositivo por el que leen este blog en algún momento surgió de un emprendimiento, la comida que consumen, la ropa que visten, las aplicaciones o redes sociales que usan para mantenerse en contactos con sus amigos, etc. Todo tuvo un comienzo, cuyo origen pudo hacer sido una idea inspiradora, una solución para satisfacer una necesidad o el anhelo de hacer del mundo un lugar mejor.

Finalmente una lista de consejos o buenas prácticas a la hora de emprender:
  • Persiste
  • Hazte consciente de lo que verdaderamente te apasiona
  • Mantén el equilibrio entre tu lado emprendedor y tu ego (mantente humilde)
  • Conoce tu negocio
  • Conocer el lenguaje del dinero
  • Se honesto y ve lo que está funcionando y lo que no (no hagas la vista gorda a los problemas)
  • Aprende y muévete lo más rápido que puedas
  • Si deseas aumentar tu cuota de éxitos tienes que duplicar tu tasa de fracasos
  • Haz las cosas con amor (párate ante la vida con convicción)
  • Se obsesivo y llevado a tus ideas
  • Ten un fuerte sistema de apoyo alrededor tuyo
  • Reinvéntate
  • Construye el mundo en el que deseas vivir