lunes, 16 de diciembre de 2013

Knockin' on Heaven's Door (Tocando las puertas del cielo, o Carta a mi Amigo suicida).

Antes de comenzar con esta entrada, quiero dejar en claro que esto lo escribí años atrás. Uno de mis amigos había intentado suicidarse y, durante el proceso de sanación, todos sus amigos más cercanos fuimos invitados a un par de sesiones de terapia grupal. Junto con ello, cada uno le escribió una carta. Yo no me había olvidado del hecho, pero sí de los detalles del contenido de la carta.


Mi amigo ha sido uno de los varios “culpables” de que este blog haya visto la luz del día. Me pidió encarecidamente que publicase la carta que le escribí hace años, cuando iniciaba su proceso de recuperación…Tras bastante tiempo de terapia y mucho crecimiento personal, hoy sé que él ha ido cerrando sus heridas y cada día que pasa, en palabras de él, se siente “más capaz de estar y pararse en el mundo”. Siguió su pasión, el arte, estudió mucho y salió a especializarse al exterior. Hoy vive en New York, y ha ido obteniendo el reconocimiento que se merece. Me siento completamente feliz por él. La semana pasada estuvo en Chile, vino como artista invitado a la inauguración de una galería en Santiago. Nos juntamos y recordamos viejos tiempos. Él me insiste en que me vaya a vivir a USA. Quizás, algún día, lo haga; por ahora, sólo sé que me quedan un par de tareas que terminar por acá.

A continuación, les dejo la carta mencionada:

“De un sobreviviente a otro sobreviviente…
¿Cómo puedo hacer que entiendas a través de mi torpe y, a veces, incoherente discurso que, tal como eres, estás bien? No necesitas cambiarte. Es verdad que hay algunos ajustes pequeños que todos podemos hacer sobre nosotros mismos. Sin embargo, tú como ser humano, en esencia, estás bien tal como eres.


Quizás es muy  difícil pedirte que olvides a todos aquellos que alguna vez te hirieron, por lo tanto, no caeré en ello. Sólo te pido que mires hacia atrás y veas todo lo que has logrado y te reconozcas como el gran hombre en el que te estás convirtiendo.  Te lo he dicho antes, no es necesario que te sientes a comparar/medir lo que tú eres y tienes con tu vecino  para, a partir de ahí, establecer tu valor. Ése es un ejercicio estúpido y sin sentido. Absurdo por completo, ya que ni tú ni él son las mismas personas, no tuvieron los mismos padres y mucho menos han vivido las mismas experiencias. Eso que haces es tan ridículo como intentar establecer la valía entre un gato y un delfín por su capacidad de volar…


El tiempo y las experiencias me han enseñado que si un día te encuentras en una relación, cualquier tipo de relación, en la que para ser  
aceptado/reconocido/querido/valorado/respetado tienes que dejar de ser quien tú eres o cambiar tu forma de sentir o pensar, simplemente para encajar en un molde/patrón,   entonces, ése es un motivo completamente claro para salir arrancando de ahí lo más pronto posible. O, al menos, cortar los vínculos con esas personas, por un tiempo, hasta que ellos cambien, o hasta que tú seas lo suficientemente maduro/completo para poder relacionarte, desde otra perspectiva, sin que ello te afecte.


Las  personas critican/juzgan/rechazan por ignorancia y miedo. El miedo a lo desconocido, a lo que no entienden. Aquello que puede resultar amenazante en alguna dimensión y que, por alguna razón que ni siquiera ellos  mismos entienden pero que les dijeron que era “mala”, deciden rechazar. Y así, repiten un discurso tomado de otros, pero que quizás ni siquiera encaja con sus propias creencias, y que deciden hacerlo propio y lo justifican y defienden a muerte. Emitiendo juicios infundados, que tiene tintes de religiones y valores morales pero que, en el fondo, se trata de las maneras más limitantes que podemos  escoger para truncar nuestro crecimiento y desarrollo.

Si fuésemos capaces de brillar con nuestra propia luz y bailar a nuestro propio ritmo, sin  interferir ni ”corregir” sobre el desarrollo/crecimiento de los demás, sin ponernos etiquetas o  juzgando desde la montaña, con la falsa ilusión de saber quién está bien y quién está mal, me pregunto cuántas muertes se podrían haber evitado. No hablo sólo de guerras y asesinatos (matanzas)  basados en un falso sentido de superioridad, también pienso en los miles de adolescentes y adultos que se han suicidado ante la insoportable presión de no poder cumplir ante las expectativas de sus padres y familias. Por amar y sentir diferente, por optar por una profesión distinta o, simplemente, por rechazar las comodidades a las que, supuestamente, uno debiese aspirar en la vida… Ejemplos hay por montón, es cosa de salir de nuestra zona de confort (burbuja) y abrir los ojos para comenzar a darnos cuenta.


Hoy, no tengo más que ofrecerte que mis palabras, que espero te ayuden a calmar en algo la angustia que te consume por dentro. Quiero que sepas que eres una persona tremendamente importante para mí y para todos lo que te conocemos. Tu vida no nos es indiferente. Has estado tanto tiempo sumido en el dolor y la desesperanza, que has olvidado volver a disfrutar y reencantarte de los placeres sencillos que un día cualquiera puede traerte. Pero, para que eso sea posible, creo que es importante asumir lo que nos cuesta, lo que nos es difícil manejar y, a partir de ahí, pedir ayuda y comenzar a hacerse cargo.

Cuando te preguntes ¿Qué valor tiene para mí el reconocer que algo me cuesta o que necesito ayuda? La respuesta es simple pero profunda. Desde el minuto en que reconocemos  que hay áreas de nuestra vida que no  son tan brillantes o exitosas y con las que nos cuesta lidiar, es cuando podemos comenzar el recorrido que nos ayudará a sanar, ya que nos hacemos cargo de esas áreas, pedimos ayuda/auxilio a quien sea necesario y empezamos a trabajar para mejorar nuestra vida.


El mundo está lleno de personas maravillosas, dispuestas a ayudar,  sólo tienes que dejarlas entrar..."


Un abrazo,

Vicente.

3 comentarios:

  1. Bella y potente carta, Vicente. Hay personas que tienen más claro el ser "incorrecto" que creen ser; a otros, eso no les es tan claro, porque parecen estar ok. Pero sufren porque no son así o más asá; un claro ejemplo es esta costumbre de las mujeres de usar taco alto, como si la altura que tienen no es correcta; es mejorable. Craso error.

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  2. Linda carta, parece que me entro una mugre al ojo jejejeje =) eres una hermosa persona amigo. Abrazos a la minidistancia

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  3. No encuentro palabras para expresar lo que esta carta me hace sentir.Solo pudo decir que me muestra a un hombre que ha sufrido,que a traves de ese sufrimiento ha alcanzado una sabidurìa que llega al corazòn.
    Abrazos,besos y bendiciones.

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