jueves, 8 de mayo de 2014

Liderazgo Colaborativo

En los últimos posts acerca de liderazgo, he hecho énfasis en cómo el diplomado en habilidades directivas que estoy cursando, y que termino en diciembre de este año, me ha ayudado a cambiar y redefinir ciertos paradigmas que yo tenía.

De partida, el nuevo enfoque del liderazgo tiene que ver con lograr la adaptación del sistema social (nosotros en él), ante situaciones de incertidumbre, para llevarlo a una mejora o restaurar los equilibrios. Para ello, en muchas ocasiones, necesitaremos remover el status quo y generar cierto grado de tensión al interior de nuestros propios equipos de trabajo, para propiciar que todos nos hagamos cargo (lograr el involucramiento) de un problema. Esto pudiese ocasionar que las personas que se sientan cómodas en el orden establecido, o en su zona de confort, se transformen en nuestros adversarios, al menos hasta que podamos demostrarles con hechos que salir de la zona de confort resulta beneficioso para todos.
Si no nos hacemos responsables de nuestros problemas, no podremos responder  o adaptarnos a los cambios a tiempo. Responsabilidad = response hability.


El liderazgo tiene que ver con hacer preguntas antes que dar respuestas. Desproteger el sistema para que perciba las amenazas, desafiar las normas, desorientar a las personas en sus roles y exponer el conflicto o permitir que este emerja.

Liderazgo con Autoridad
La autoridad permite que el liderazgo ocurra, ya que tiene el poder para concentrar y dirigir la atención sobre los asuntos que deben abordarse. La mayoría de las veces, los líderes ejercen autoridad y no liderazgo, pues operan en situaciones más o menos conocidas.
El rol de la autoridad tiende a inhibir las voces discordantes y a atraer a los satisfechos. Esto produce aislamiento, lo que fuerza al líder a buscar información utilizando otros métodos (subirse al balcón). De esto hablaré en un par de posts más.

Liderazgo sin Autoridad
Las ventajas del liderazgo sin autoridad son evidentes: en primer lugar no existen expectativas que satisfacer, podemos saltarnos las normas más fácilmente, hacer énfasis en problemas particulares sin mayor compromiso y generar más cercanía al interior de los equipos de trabajo.

Para cerrar el post de hoy los dejo con un maravilloso ejemplo de liderazgo colaborativo y sin autoridad. Es el caso de la orquesta Orpheus de Nueva York. Esta es una orquesta sin conductor, cuyo sistema se basa en el auto-gobierno y el liderazgo compartido. Lo cual expone a todos sus miembros al desarrollo de la capacidad de liderazgo por igual.

La clave de su éxito se basa en la motivación y toma de decisiones en conjunto.


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